Los aliancistas estudian una coalición "a la portuguesa" con UCD
La posibilidad de sentar las bases para una coalición a la portuguesa entre Alianza Popular (AP) y Unión de Centro Democrático (UCD) de cara a futuras confrontaciones electorales es uno de los argumentos políticos más debatidos por los dirigentes aliancistas fuera de la sala de sesiones del IV Congreso de este partido. Tanto Manuel Fraga como Jorge Verstrynge estarían en principio de acuerdo con esta probabilidad, cuya última palabra corresponde al partido en el Gobierno.Frente a ciertas reticencias por parte de un sector de la base y de algunos dirigentes de AP, entre ellos Ruiz Gallardón, González Páramo y García Amigo, la mayoría de los hombres que componen la dirección de Alianza Popular verían con buenos ojos, e incluso promoverían, el acuerdo con UCD. Aunque existen diversos criterios sobre lo que intentan que sea un pacto, en el fondo parece no cuestionarse que de este congreso tengan que consolidarse unos principios para iniciar una negociación de cara al futuro.
Dos sectores de este partido son los más interesados en llevar a la práctica esta hipótesis, aunque entre ambos existen diferencias principalmente en lo que se refiere al pacto con UCD como partido o con un sector determinado de éste. Por un lado, Gabriel Camuñas piensa que la supuesta Alianza debería hacerse sólo con el sector crítico de UCD (liberales y democristianos), con el que reconoce haber mantenido va contactos, y por otro, Félix Pastor, que se reincorpora en este congreso a la ejecutiva y que defiende la tesis de que el acuerdo se debería extender a todo el partido centrista, sin exclusión.
Camuñas, en declaraciones a EL PAÍS, señalaba ayer que era partidario, junto con hombres como Antonio Hernández Mancha y Abel Matutes, de iniciar contactos con el sector crítico o regeneracionista de UCD y desplazaba de un supuesto acuerdo a los representantes de los sectores socialdemócrata (Fernández Ordóñez) y azul (Martín Villa). La alianza, en opinión de Camuñas, la podían formar los conservadores de AP, la democracia cristiana centrista, que encabeza Landelino Lavilla, y el sector liberal, en el que se encuentra su hermano Ignacio. Fraga y Jorge Verstrynge apoyarían a su juicio, esta presunta operación. Un hecho significativo fue la presencia en la apertura del congreso de Ramón Gandarias, hombre del equipo de Landelino Lavilla.
Félix Pastor, según uno de sus más directos colaboradores, vuelve en este congreso a la ejecutiva aliancista, esperanzado de que su partido llegue a acuerdos tácitos con UCD. Han sido sus propios seguidores de provincias y las ideas de acercamiento a UCD los que le han impulsado a dejar su militancia de base y a volver a ocupar un cargo en la ejecutiva, en este caso vicepresidente primero de AP.
Unidad sin tensiones
Pero por encima de este ambiente, propio de un momento político en que se suceden grandes acontecimientos, el congreso de Alianza Popular se presenta unitario y sin ni siquiera leves tensiones. En opinión de una persona próxima al equipo de Félix Pastor, la dirección de Alianza Popular no ha querido convertir este congreso en un plenario de tensas discusiones, por lo que ha preferido no presentar ponencia de estatutos. «Ha habido un pacto de caballeros sobre el tema y existen grandes esperanzas», añadió.En el congreso, sin embargo, Alianza Popular, caso de aprobarse la ponencia política hoy, va a quedar como un partido conservador, reformista y defensor de las libertades dentro del orden constitucional. Sólo habrá una lista, de momento, para la ejecutiva, integradora de todos los grupos que concluyen en AP. Fraga y Jorge Verstrynge se mantienen en la presidencia y en la secretaría general, respectivamente.
Para algunos aliancistas, la presencia de Pastor en la ejecutiva habría creado pequeñas tensiones, ya que cuando decidió dejar sus cargos directivos lo hizo porque veía en Alianza Popular un partido demasiado presidencialista y nada corporativo. No obstante, ha sido el propio Fraga, líder indiscutible de esta organización y considerado como la «única máquina de captar votos», el que inició las conversaciones con Pastor para una vuelta con la ejecutiva.
Ruiz Gallardón, en cambio, está considerado como el abanderado del sector más conservador dentro de AP. El mismo, en declaraciones a este periódico, decía que en el seno del ejecutivo allancista existen diversas posiciones, aunque reconoció asumir los acuerdos adoptados por la mayoría.
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