Calvo Sotelo aplaza la reforma de la ley de Divorcio hasta después de la investidura
El candidato a presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, continuó ayer preparando su discurso de investidura ante el Congreso de los Diputados, que probablemente pronunciará el próximo día 17. Tanto la composición del nuevo Gobierno como el tema clave del mantenimiento o no del proyecto de ley de Divorcio son deliberadamente dejados de lado por Calvo Sotelo hasta después de la votación de investidura, para impedir que el anticipo de decisiones pueda restarle votos.
Mientras tanto, existen indicios ciertos de las gestiones para la formación de un Gabinete monocolor centrista sin prescindir de ninguna de las alas del partido, muy especialmente de la socialdemócrata, cuya presencia en el Gobierno servirá de indicador de que no se ha producido el vaticinado giro a la derecha. Por el momento, la condición que ponen Francisco Fernández Ordóñez y los demás ministros socialdemócratas a su incorporación al nuevo Gobierno -el mantenimiento de las leyes de Divorcio y de Autonomía Universitaria ante el Pleno del Congreso que las discuta- va a ser cumplida, porque el debate resultará aplazado.Por lo que se refiere a la modificación del proyecto de ley de Divorcio, la decisión se está gestando cuidadosamente, aunque su expresión pública se dilatará lo más posible. Es probable que las alteraciones más sustanciales del proyecto Fernández Ordóñez no se realicen hasta el debate en el Senado, en donde UCD cuenta con una holgada mayoría. Por el momento, el documento sobre reforma de la ley de Divorcio remitido por el senador crítico Manuel Villar Arregui al candidato a presidente del Gobierno parece haber sido bien acogido por Calvo Sotelo.
Ante la sesión de investidura, que se celebrará como más tarde el 24 de febrero próximo, el alineamiento de fuerzas parlamentarias parece asegurar la mayoría absoluta - 176 votos- requerida en la primera votación. Los 165 votos centristas, unidos a los nueve de la Minoría Catalana y a varios más del Grupo Mixto, y con más dificultad los siete del PNV, harán innecesario el recurso a los nueve votos de Coalición Democrática, que no interesan a la imagen centrista de UCD ni al propio Fraga, que prefiere quedar al margen del nuevo Gobierno y obtener en su momento concesiones legislativas, vía divorcio y normas electorales.
Páginas 11 y 12
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