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Oposición vecinal a la construcción de "vías rápidas" en el interior de dos urbanizaciones

La asociación de vecinos de la zona residencial El Bosque de Chamartín, en el distrito de Hortaleza, ha manifestado su rechazo al proyecto de construcción de un eje de núcleo, el número 8 exactamente, que cortaría en dos a la colonia, una de las más lujosas de Madrid, y alteraría sustancialmente su configuración, además de representar un peligro para la seguridad física de sus habitantes. Exactamente el mismo problema existe en el Parque de la Colina junto a la M-30, a la altura de Ramón y Cajal, donde está muy avanzada la obra de la calle que dividirá en dos la urbanización.El pasado 19 de enero se presentaron las correspondientes alegaciones de la asociación de vecinos citada en el período de información pública del proyecto, que contempla la transformación de la calle de Añastro en una vía rápida de acceso a las zonas de Hortaleza y Manoteras. Hasta ahora, la colonia residencial El Bosque se caracteriza por su baja densidad de tráfico y la existencia de numerosos accesos a garajes privados de los chalés unifamiliares y pisos de lujo.

La vía rápida es incompatible, de acuerdo con las ordenanzas, con los accesos a los garajes. Las alegaciones insisten en que las viviendas unifamiliares están incluidas en el plan especial de protección de Madrid, y la mayor anchura que habría que dar a la calle de Añastro llevaría a la necesidad de derruir parte de los bloques y chalés de la margen derecha. Asimismo la existencia de un pronunciado desnivel en la confluencia de aquélla con la avenida de San Luis hace pensar a los vecinos que podrían buscarse soluciones tipo pasos elevados o similares, Ia que alteraría también sustancialmente la configuración de la colonia.

El Parque de la Colina, partido en dos

Por su parte, en el Parque de la Colina, delimitado por las calles de López de Hoyos, Ramón y Cajal y M-30, están prácticamente ultimadas las obras de la nueva «vía rápida» o eje de núcleo en que se convertirá la calle central de la urbanización, que corresponde al tramo último de la calle de Torelaguna. Los casi 2.600 habitantes del Parque vieron estupefactos cómo a finales de año, y sin previo aviso, las máquinas excavadoras comenzaron a unir la calle central citada (hasta entonces sin salida) con la de López de Hoyos a su bajada desde el distrito de Hortaleza.Toda vez que la construcción de la M-30 dejó cortada en dos la calle de López de Hoyos, y que posteriormente se construyó el puente de Ramón y Cajal sobre la M -30, el Ayuntamiento decidió conducir todo el tráfico que viene del noreste de la ciudad a través de la calle de López de Hoyos para llevarlo hacia el puente de la M-30 y la autopista de circunvalación gracias a la vía central del Parque (cerrada al tráfico desde la construcción de la urbanización en 1968), cuando lo lógico hubiera sido que se mantuviese la situación actual, a través del eje López de Hoyos-Arturo Soria-José Silva-Ramón y Cajal.

En el Parque de la Colina habitan alrededor de seiscientos niños y ancianos, y está aprobada la instalación de una guardería infantil justamente en la calle que se pretende convertir en eje de núcleo. Si el Ayuntamiento decide abrir al tráfico la calle central del Parque de la Colina, los habitantes perderían también alrededor de 150 plazas de aparcamiento.

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