El Vizcaya emitirá bonos de caja por encima de 5.000 millones
El Banco de Vizcaya realizará una emisión de bonos de caja a través de su filial el Banco de Financiación Industrial (Induban), de 1.127 millones de pesetas, en un primer tramo ofrecido preferentemente a sus accionistas, convertibles en acciones del Banco de Vizcaya al año siguiente de su emisión, con un plazo de amortización de tres años y un tipo de interés del 13%, según manifestó el consejero delegado de la entidad, Pedro Toledo, en el transcurso de la junta general extraordinaria de accionistas del banco.Esta emisión, reservada a los actuales accionistas del Vizcaya, será complementada con otra operación similar por un importe de 3.000 a 5.000 millones de pesetas, al 12% de interés y condiciones similares a la anterior en cuanto a plazo de amortización (tres años), y posibilidad de canje anticipado por acciones del Banco de Vizcaya.
Los actuales accionistas del banco tendrán derecho a la adquisición de un bono Induban de esta nueva emisión por cada diez acciones del Vizcaya que posean. Estos bonos podrán ser convertidos en acciones del Vizcaya a partir del primer año, con una rebaja en su cotización progresiva que va desde un 25% en el período comprendido entre los doce y los dieciocho meses desde su emisión, hasta situar su convertibilidad en la par en el momento de su amortización a los tres años de su emisión.
La principal novedad que aporta esta operación, aparte de su rebaja variable en la conversión, es que ésta podrá realizarse a partir del primer año, a voluntad del tenedor, en cualquier momento, sin que se hayan establecido plazos de amortización de antemano. Según Pedro Toledo, esta operación equlivale a una ampliación de capital a la par con un dividendo del 13%.
El beneficio antes de impuestos del Vizcaya durante 1980 ha sido de 6.187,3 millones de pesetas, con un incremento sobre las cifras del año anterior de un 27,14%.
La consecución de estos resultados se ha debido fundamentalmente a una importante restricción de los gastos de explotación, capítulo que sólo se incrementó en un 12,82% a lo largo del año. De este incremento correspondió la mayor parte a los gastos de personal que crecieron en un 17,08%, lo que supone en palabras del consejero delegado, que los gastos generales han crecido sólo en un 1,7% en términos monetarios, por lo que podemos concluir que el banco de Vizcaya ha gastado en 1980 menos de lo que gastó el año anterior».
Los productos netos del ejercicio, es decir, la cifra total de ingresos menos los gastos financieros, han sido de 38.698 millones de pesetas, con un aumento del 23,02%.
Los saneamientos de activos se elevaron a 10.258 millones, con un crecimiento del 49,35%. En este capítulo figuran 1.000 millones de pesetas correspondientes a la operación de saneamiento del Banco de Crédito Comercial.
Un dato singular de los resultados que ha presentado el Vizcaya es la importante reducción que registra la partida de impuestos, que pasó de 735,2 millones de pesetas en 1979 a 237,5 en 1980. Esta reducción se debe a las ventajas fiscales que se deducen de las fuertes dotaciones a amortizaciones del inmovilizado que se han realizado.
Pedro Toledo expuso su inquietud por la evaluación que está realizando la banca sobre sus riesgos. Se mostró conforme con los planteamientos de la AEB, y reconoció la necesidad de proceder a dotar de fondos de previsión, no sólo para los deudores morosos conocidos, sino también para la «cartera viva de créditos», es decir, aquellos que aún no han vencido, y que, por tanto, no se conocen sus dificultades.
El dividendo que ha satisfecho el Vizcaya con cargo a 1980 ha sido el más alto de la gran banca y supone un importe bruto total de 6,83 pesetas por accion.
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