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Reportaje:

Potasas de Navarra puede cerrar todas sus instalaciones en 1985

Veinte años después de su constitución, la dirección de Potasas de Navarra, SA (PDN), ha dado el primer paso para el cierre de las instalaciones presentando un expediente de regulación de plantilla que afecta, por el momento, a 128 mineros de preparaciones electromecánicas y transportes. PDN, cuyo comité de empresa asegura que está endeudada en 17.500 millones de pesetas, de los que 9.000 han sido entregados por el INI a fondo perdido, perdió en el pasado ejercicio 1.400 millones de pesetas. Las cuantiosas pérdidas, así como el progresivo endeudamiento de la sociedad, han movido a la dirección a dar los primeros pasos del cierre total, que podría llegar en 1985.

La historia reciente de Potasas de Navarra, SA, arranca el 18 de noviembre de 1980, cuando el presidente de la sociedad, Antonio Valcárcel, y todo el equipo directivo de la empresa se reunieron con los representantes de los trabajadores elegidos unos días antes para dar a conocer el grave momento que atraviesa PDN. Valcárcel informó que el Instituto Nacional de Industria (INI), único accionista de la sociedad, había decidido para 1981, de acuerdo con un documento denominado «origen y aplicación de fondos», entregar a PDN 1.000 millones de pesetas. A esta cantidad hay que sumarle 1.713 millones de pesetas de créditos que la sociedad, con el aval del INI, concertará de créditos con entida des bancarias, ya que con ese dinero se tiene que cubrir la devolución de los créditos que vencen en el año y los resultados negativos de la empresa.Valcárcel, que cifró las pérdidas de PDN en 1980 en 1.400 millones de pesetas, más los ochocientos millones que se destinaron a inversiones, asegura que los recursos financieros del Estado y, por tanto, los del INI, son muy escasos, por lo que se debe seleccionar su destino e invertir en las actividades más productivas. Por esta razón, según Valcárcel, no resultaba coherente que se sigan enterrando recursos en PDN cuando los resultados de esta empresa no lojustifican e incluso el porvenir del yacimiento es incierto

Tres posibilidades alternativas

Sin embargo, en opinión de presidente de PDN, la cantidad inicial prevista en el plan anual podría aumentarse con relativa facilidad a 248.000 toneladas de k20, con lo cual se incrementaría la inversión en 240 millones adicionales, la empresa no aplicaría ninguna acción en relación con la plantilla, si bien los sueldos quedarían igualmente congelados. Una tercera alternativa, según Valcárcel, sería producir 256.000 toneladas de cloruro potásico, lo que permitiría destinar 650 millones para inversiones y disponer de 80.000 pesetas por trabajador y año de incremento salarial durante 1981. Esta última alternativa es la que la empresa propone a los representantes de los trabajadores que se someta a votación entre la plantilla, con el fin de conocer la disposición del personal.En un principio, el comité de empresa no aceptó que PDN plantee en términos tan radicales las posibles vías para solucionar el problema, pero la empresa insistió en que para el 1 de enero de 1981 debía conocer si la plantilla estaba dispuesta a aceptar un plan que supone un incremento en la productividad, único modo de aumentar los salarios y mantener los puestos de trabajo, o si, por el contrario, debía iniciar las acciones conducentes al cierre de las instalaciones, que pasarían en primer término por despedir al 50% del personal de preparaciones de mina y posteriormente a los trabajadores de fábricas del exterior.

Abstención en el referéndum

La candidatura Unidad de Izquierda Sindical (UIS), formada por CC OO, SU y el sindicato abertzale LAB, que cuenta con mayoría en el comité, propugnó para el referéndum que PDN convocaba para el día 7 la abstención activa, por entender que la empresa no proponía un plan de viabilidad, sino únicamente una nueva fórmula para aumentar la productividad. UIS, junto con UGT, propugnaron la abstención, significando que de esta forma los trabajadores decían no al plan de cierre y al aumento de la productividad, y a la continuidad de la empresa. USO, por su parte, llamó a los trabajadores a participar votando favorablemente.Después de la jornada de referéndum se hicieron públicos, en la madrugada del pasado día 8, los resultados de los 1.935 trabajadores -516 votaron sí,- 51, no, y 1.337 se abstuvieron-, si bien el día de la votación, cuatrocientos trabajadores se encontraban de vacaciones o de baja por enfermedad o accidente.

La propuesta de la empresa fue, por tanto, rechazada, y al día siguiente PDN presentó en la Delegación de Trabajo de Pamplona el primer expediente de regulación de la plantilla, que afecta a 128 mineros.

PDN entiende que la plantilla no acepta el incremento en la productividad, que vendría de introducir en la mina un cuarto relevo de 68 personas, dedicado al mantenimiento, y que aumentaría del 43% actual al 49 % el tiempo útil de presencia en los tajos.

Cuantiosas pérdidas

Según los datos de la empresa facilitados a EL PAIS, PDN ha obtenido, en los tres últimos años, los siguientes resultados: 1977: 2.005 millones de facturación, 788,3 millones de pérdidas. 1978: 2.397,1 millones de facturación, 1.009,5 millones de pérdidas. 1979: 3.051,6 millones de facturación, 1.252,1 millones de pérdidas. Si bien en la memoria de este año se indica que se reducen las pérdidas a 352,1 millones de pesetas como consecuencia de una plusvalía de activos de novecientos millones, a pesar de que oficialmente no se ha dado a conocer el balance de 1980, se conoce que las pérdidas en este período ascendieron a 1.400 millones de pesetas.«Aunque Potasas de Navarra extrajera oro», señaló a EL PAIS un miembro del comité de empresa, «sería imposlble levantar una empresa que arrastra un déficit tan cuantioso. Según nuestros datos, PDN tiene una deuda de 17.500 millones de pesetas, de los que 9.000 millones han sido aportaciones del INI a fondo perdido». De otra parte, los representantes de los trabajadores han venido quejándose continuamente de los salarios de la empresa, ya que entienden que son ruinosos.

Problema político

El problema de Potasas de Navarra, sin embargo, puede acabar convertido en un tour de force a nivel político. La candidatura sindical UIS, en una conferencia de Prensa, fue clara en sus planteamientos: «Vamos a sacar este problema de la perspectiva comité de empresa-dirección de PDN para llevarlo a los términos Navarra-INI. Entendemos que las instituciones de Navarra -Diputación y Parlamento Foral- tienen que posicionarse en este problema. Si Potasas de Navarra cierra sus instalaciones, se quedarán sin trabajo no sólo los 2.000 operarios de la lantilla, sino también otros 2.000 trabajadores de pequeños talleres que están dedicados exclusivamente a PDN.Por el momento, tanto, tanto la dirección como el comité de empresa tienen un mes, según el plazo fijado por el Estatuto de los Trabajadores, para intentar llegar a un acuerdo antes de que el expediente de regulación de plantilla, que dejaría en la calle a 128 mineros, pueda ser aprobado por la Delegación de Trabajo. Sin embargo, de no aceptar el plan empresarial, que supone una producción para 1981 de 265.000 toneladas de k20, no existen posibilidades de llegar a un acuerdo que anule el plan de cierre a cuatro años vista.

«Nosotros», manifesó a EL PAIS un miembro de la dirección de PDN, «estamos dispuestos, antes de llegar al cierre, a regalar la empresa a los trabajadores, si éstos aceptan. Potasas de Navarra no tiene ningún interés en cerrar sus instalaciones y dejar sin trabajo a 2.000 personas».

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