"No creo que los beneficios de ENDESA hayan retrasado la subida de tarifas eléctricas"
Pregunta. ¿Cree usted que el Gobierno ha retrasado la subida de las tarifas eléctricas debido a la publicación de los resultados de la Empresa Nacional de Electricidad (ENDESA), que ha multiplicado por cinco sus beneficios en 1980?Respuesta. No creo que los beneficios de la empresa pública que presido puedan afectar lo más mínimo al proceso administrativo que sigue la propuesta de subida de tarifas eléctricas. Son dos cosas muy distintas. De hecho, el Gobierno está cumpliendo todos los plazos y trámites administrativos habituales previos a este tipo de decisiones. Y en este momento, según creo, las tarifas eléctricas aún no han sido estudiadas por la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos.
P. ¿Qué opinión le merece la reacción de la asociación de empresas eléctricas (Unesa) ante la publicación por EL PAIS de los resultados de ENDESA?
R. La redacción del comunicado de Unesa me ha parecido desafortunada. Sin embargo, su contenido lo suscribo conceptualmente: en primer lugar, los resultados de ENDESA, por su doble carácter de empresa eléctrica y minera, son atípicos de la actividad puramente eléctrica, y en segundo lugar, Unesa tiene razón en sus argumentacion,es para justificar la próxima subida de tarifas.
P. La cifra de beneficios obtenidos por ENDESA en 1980, publicadas por EL PAIS y que ponía en duda la patronal eléctrica en su comunicado, ¿será publicada oficialmente por ENDESA?
R. Los resultados publicados por EL PAIS son ciertos, aunque naturalmente no serán oficiales hasta después de que se celebre la junta general de la sociedad.
P. Si son ciertos los 11.500 millones de pesetas de beneficios obtenidos por la Empresa Nacional de Electricidad en 1980, ¿cómo es posible que las eléctricas se atrevan a pedir ahora la subida de tarifas?
R. En este tema debo aclarar tres puntos. Primero, los beneficios de mi empresa en 1980 son altos respecto a los de 1979, porque los de 1979 fueron injustificadamente bajos. Segundo, el Ministerio de Industria ha obligado a las eléctricas a realizar una auditoría de costes independiente como paso previo para el estudio de la subida de tarifas de 1981, que, como dije antes, lleva su trámite administrativo normal. Tercero, creo que el nivel de subida de tarifas solicitado es el necesario para mantener el equilibrio económico financiero del sector, e incluso me parece que es un poco bajo.
En estos momentos, el dividendo habitual del sector eléctrico me parece necesario, ya que cotizándose las acciones eléctricas a sesenta dan una rentabilidad ligeramente superior a la inflación. Y no me parece que la Bolsa esté como para perder sus últimos soportes.
P. ¿Qué ha hecho usted en ENDESA para multiplicar por cinco los beneficios en un año?
R. Lo único que he conseguido ha sido llevar a tope la capacidad de producción de la empresa, que estaba infrautilizada. Cuando se utiliza a tope la capacidad, los beneficios se elevan más que proporcionalmente por la relación de costes fijos y variables, que no es una relación lineal. De todas formas, el nivel de beneficios es espectacular comparado con los resultados de años anteriores en ENDESA, pero adquiere su dimensión justa al compararlos con nuestro nuevó nivel de producción.
La estrategia de gestión, al llegar, en mayo de 1979, a la presidencia de ENDESA, fue fundamentalmente dirigida al saneamiento financiero en aquel año; a la expansión de la producción, en 1980, y este año lo dedicaremos al lanzamiento de nuevos proyectos, como la central nuclear de Trillo, la central de Carboneras, en Almería, y otros.
P. ¿Necesitó cambiar el equipo de gestión para realizar estas operaciones de saneamiento?
R. En absoluto. El equipo directivo es prácticamente el mismo que heredé en 1979. Sólo he incorporado cuatro directivos de los veinte que tiene la empresa, y esos cuatro proceden de otras empresas del INI. Los problemas del sector público no se pueden atribuir a los trabajadores o a los técnicos, que son como los del sector privado o mejores, si cabe. Y digo mejores porque, a las dificultades del trabajo en el sector privado tienen ellos que añadir la superación de los problemas estructurales del sector público. Además, el ideal de servir a los intereses generales es complejo, pero respetable. Los cuadros directivos y técnicos de ENDESA son buenos y la novedad ha sido quizá trabajar en equipo y cambiar la forma de gestión.
P. El 29 de julio de 1979, EL PAIS publicó una entrevista en la que usted declaraba, en plena crisis financiera de su empresa, que «los problemas de ENDESA quedarán resueltos en 1980 y podremos entrar en el campo nuclear». ¿En qué se basaba entonces para hacer una afirmación tan rotunda?
R. En que ENDESA estaba en una crisis coyuntural. Es fácil tener buenos resultados aplicando una buena gestión a una empresa en crisis de un sector sano. Evidente mente resulta mucho más difícil hacerlo con una empresa en crisis dentro de un sector en crisis
P. ¿Por qué cree usted que le nombraron para presidir una empresa pública siendo un liberal, calificado posteriormente en las Cortes como «enemigo de la empresa pública»?
R. Pienso que en la decisión influyó mi experiencia en el sector eléctrico privado y en el de ingeniería. Pero, básicamente, supongo que fui nombrado por Carlos Bustelo y por Fernando Abril en base a mi gestión como subsecretario de Obras Públicas y Urbanismo con Joaquín Garrigues.
P. ¿Qué opinión tiene ahora de la empresa pública en España?
R. Supongo que poco convencional. Tiene riesgos de ser una casa sin amo. Para que la empresa pública funcione creo que es necesario que exista la figura del empresario, que sólo es posible si se trata de un profesional cualificado que se la juegue personalmente como parte del equipo de gobierno. Los responsables de la empresa pública no pueden ser cargos administrativos o técnicos. La tentación de convertir la política en administración tecnocrática es una ilusión franquista. Entiendo que un presidente de una empresa pública tiene que tener responsabilidad política solidaria con el equipo de gobierno, además de cualificaciones personales y profesionales. Temo que se pretenda avanzar en sentido contrario, hacia la tecnocracia.
P. A la vista de los beneficios obtenidos por ENDESA, puede nacer entre el sector privado una tentación a privatizar esta empresa pública, al igual que la tienen de nacionalizar cualquier empresa privada que pierde. ¿Es usted, como liberal, partidario de privatizar la Empresa Nacional de Electricidad?
R. No soy partidario de privatizar ENDESA, ya que esta presencia del sector público se justifica por su carácter de testigo para que la Administración pueda tener información propia que le permita regular mejor un sector como el eléctrico, que es un servicio público esencial. El equilibrio actual del 25% público y el 75% privado en el sector eléctrico me parece adecuado. Y como liberal no soy enemigo del sector público, sino partidario de definir sus límites y que funcione en competencia.
Yo defiendo el carácter prlvado de la mayoría de las eléctricas en base a dos aspectos. En primer lugar, porque creo en la economía de mercado y en la defensa de las libertades globales. Sólo existe control del poder político cuando hay independencia del poder económico. Se habla de grupos de presión y de imperfecciones, pero cuando, como en la Unión Soviética, economía y política son una misma cosa, no hay posibilidad de ningún tipo de control.
En segundo lugar, por una razón experimental. La empresa pública puede funcionar teóricamente con una eficacia comparable a la privada, pero hay demasiada experiencia real que muestra la menor eficacia pública, como no mirar la teoría con escepticismo.
P. Como compromisario de UCD en el próximo congreso, ¿qué piensa de la llamada «rentabilidad social de la empresa pública» senalada en una de las ponencias?
R. No me parece ni bien ni mal. Mi problema es que no entiendo lo que se quiere decir con ello. No sé lo que eso significa. Todo el mundo puede entender lo que es la rentabilidad económica de una empresa. Pero si se abandona ese principio hay riesgos de caer en lo de «Iigeramente embarazada». Las desigualdades se corrigen por vía físcal y por servicios sociales, pero no a través de la empresa pública. Determinados servicios públicos pueden estar subvencionados, si el país lo decide así, independienternente de que la prestación se reaice por empresas privadas o públicas, y debe ser una subvención transparente.
En definitiva, lo mejor creo que es que la empresa pública funcione como empresa y que todo lo que sea política social, que se mueva en el ámbito político. No conviene olvidar que en empresa pública lo sustantivo es empresa y lo adjetivo es pública, y en política social, lo sustantivo es política, y lo adjetivo, social. Hablar de rentabilidad social, como en la ponencia de UCD, es moverse en la confusión de los cuatro conceptos. Pero, en definitiva, el congreso es soberano y veremos eri qué queda la ponencia.
P. ¿Cómo cree que debe ser la política laboral en la empresa pública?
R. El trabajador de la empresa pública no debe tener ventajas especiales sobre el de la empresa privada, sino trabajar en las mismas condiciones. Hay que corregir la idea que se tiene del trabajo fijo para toda la vida en la empresa pública, y los trabajadores deben asumir los mismos riesgos que en las privadas.
Por otra parte, creer que una empresa pública puede ser un campo de experimentación sindical y laboral es ir en contra del carácter sustantivo que tiene como empresa, cargándola con dificultades adicionales.
P. Con estos beneficios, ¿piensa saltarse los límites salariales del acuerdo-marco?
R. No. ENDESA se moverá dentro del acuerdo-marco suscrito por la patronal del sector eléctrico, a la que pertenecemos, y mi intención es que la revisión salarial se realice de forma similar a las empresas del sector privado.
P. ¿Ganarán más los trabajadores de ENDESA que los de otras empresas del INI que ganan menos o que pierden?
R. Supongo que sí. Parece lógico que los salarios de ENDESA suban más que los de otras empresas del INI que ganen menos o que pierdan. Ya he dicho en otra ocasión que tan importante es que los trabajadores vean que no suben los salarios si hay pérdidas como que pueden subir si hay beneficios.
P. ¿Puede repetir este salto espectacular de beneficios el año próximo y todos los siguientes ... ?
R. Eso ya pertenecería al reino de los milagros. Objetivamente, este salto de producción notable es totalmente irrepetible, ya que hemos desarrollado al máximo nuestra capacidad de producción. Nuestro objetivo no es dar un salto como el de 1980, sino el mantenimiento de la producción al nivel alcanzado.
P. Por último, ¿cree que el sector público tiene arreglo?
R. Todo tiene arreglo en esta vida.
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