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Euforia uruguaya al ganar la final del "Mundial"

La Copa de Oro tiene un legítimo campeón. Uruguay, en el segundo tiempo, fue netamente superior a Brasil, y ganó la primera versión de este torneo entre campeones mundiales. Los celestes no jugaron tan bien como en los dos partidos de clasificación, pero fue el equipo de rendimiento más parejo. El éxito coronó la organización de un certamen que Italia quiere repetir dentro de cuatro años.Maniatados por los nervios, soportando la pesada carga de la responsabilidad, los uruguayos se mostraron imprecisos en los minutos iniciales. Rodríguez pronto desvíó un disparo de Junior con destino a la red. Poco después, un tiro de Ze Sergio pasó muy cerca del larguero. El partido se equilibró, y aunque sin vislumbrarse el gol, se tornó emocionante. Golpe por golpe se fueron devolviendo las cargas. Uruguay, realizando un marcaje hombre a hombre, logró controlar la ofensiva brasileña. Así y todo, la emoción estuvo cerca de la portería celeste hasta callar por completo a los aficionados locales.

Evidentemente las cosas no iban bien. Casi en seguida salió lesionado De la Peña, siendo sustituido por el juvenil Barrios. Si alguien mereció retirarse victorioso ése fue Brasil. Se mantuvo fiel a su línea: jugar y dejar jugar.

Después del descanso, y como lo había hecho contra Holanda e Italia, la selección uruguaya se lanzó a la ofensiva. Con Barrios, los celestes se hicieron con el medio campo; el recién ingresado además se ocupó de anular a Toninho Cerezo, el motor brasileño. Barrios, en cinco minutos, cambió el partido. Hasta hizo el gol que psicológicamente destruyó a Brasil. Después, el líbero Olivera hizo penalti a Sócrates, que puso el partido en 1-1, pero faltaba mucho, y Uruguay siguió presionando al influjo de un público enfervorizado, con el comando de Rubén Paz. Increíblemente, Brasil bajó los brazos. Por eso el segundo gol podía llegar en cualquier momento. Era cuestión de esperar. El encargado de liquidar las ilusiones brasileñas y de explosionar el estadio fue Victorino, goleador de la Copa de Oro con tres dianas, una contra cada rival a los que se enfrentaron los celestes.

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