Desafío a Carrillo
(...) Los contestatarios son los mismos hoy que hace dos años: se trata del PSUC, la rama catalana del PCE, que rehusó el lunes, en el transcurso de su congreso, situarse en el grupo eurocomunista, y que aprobó un informe de política exterior dando satisfacción a todos los sectores prosoviéticos sobre todos los puntos. ( ... )La rebelión de los catalanes no es la única. Santiago Carrillo, papa y fundador del eurocomunismo, había acertado por un verdadero arte de magia hacer aceptar a 250.000 militantes, recién salidos de una clandestinidad de cuarenta años, el abandono de la dictadura del proletariado, de la vía revolucionaria, del leninismo, del principio republicano y del puño cerrado. (...)
De todas partes se elevan voces para criticar la política autoritaria del partido, la del economista Tamames, la de varios gallegos que desean la federación del partido y la de los sindicalistas de Comisiones Obreras que reclaman autonomía de acción. ¿Cuándo el PCE ha llegado a esta situación después de su brillante punto de partida de 1976? Al querer tranquilizar a todo el mundo, Santiago Carrillo ha terminado por excluirse él mismo del juego político y ya no interesa a nadie: malos socialistas que se sienten fuertes y no lo necesitan si llegan al poder; malos centristas, que no necesítan demostrar su buena voluntad democrática invitando a Carrillo a cenar ni a los autonomistas que no creen en la buena fe descentralizadora del PCE. Demasiado ocupado en destruir su antigua imagen, el PCE no ha tenido tiempo de hacerse otra. ( ... )
7 de enero
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