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"Mundialito" de Uruguay

Argentina se impuso a Alemania

Argentina le ganó a Alemania con los dos elementos que siempre adoman a los grandes equipos: la buena fortuna y una genialidad que sólo pueden producir los elegidos. Los campeones del mundo tuvieron la suerte de que un hombre sumamente seguro como Manfred Kaltz, desviara un cabezazo sin destino de red de Pasarella. Y tuvieron a Ramón Díaz, que fue capaz de hacer un golazo. Todo en cuatro minutos y cuando restaban solamente ocho para el final. Un¡camente los fenómenos del fútbol son capaces de marcar el gol que marcó el chaval del River Plate. Recibió un pase en profundidad de Valencia y colocó el balón, en carrera,justo debajo del travesaño.En el primer tiempo Argentina tuvo la pelota, pero no supo qué hacer con ella. Extrañamente maniatados en un estadio poblado por mayoría de sus adictos, los argentinos en esos minutos iniciales pretendieron vulnerar la defensa germana por el medio del área. Al no prosperar las incursiones de Ramón Díaz, a quien sus compañeros reprocharon su excesivo individualismo, Argentina debió cambiar a tiempo.

Claro que para abrir el campo era necesario que Mario Kempes estuviera en su plenitud física y anímica. En ninguno de los dos aspectos el hombre del Valencia alcanzó a superarse. Hubo también algunos golpes en ese lapso, pero el colegiado español Lamo Castillo controló rápidamente la situación sin necesidad de mostrar ni una tarjeta amarilla. El destinatario principal, por supue Sto, fue Maradona.

El partido, bastante pobre hasta ese instante, fue ganando ritmo, que imprimieron los alemanes una vez que con firmeza contuvieron los primeros embates. Como una computadora, Alemania fue adelantando sus líneas en el terreno. Fue adueñándose, lenta pero seguramente, del partido. El encuentro de Hansi Muller y Rummenigge, que obtuvieron muchas facilidades por el sector derecho de la defensa argentina, empezó a causar estragos. Rummenigge estuvo a punto de marcar, mientras Kempes se retiraba definitivamente vencido. Antes de que ingresara C. Daniel Valencia, Alemania marcó el gol que se veía venir. Cómer de la izquierda para el infalible cabezazo del gigante Hrubesch, que saltó muy solo para convertir. Fue el premio para el equipo que mejor capitalizó su dominio. A todo esto, Maradona estaba muy bien custodiado y se le hacía falta en el momento justo. Baste decir que Diego hizo la primerjugada de calidad a los quince minutos del complemento. Aunque desordenadamente y a impulsos personales, Argentina salió e ganar en el segundo tiempo, y el partido mejoró notablemente, porque los alemanes siguieron interesados en intentar eljuego que más les convenía: defender todos cuando arreciaba el ataque rival, y una vez recuperado el balón lanzaba el contragolpe mortal de rigor. La RFA siguió jugando bien. Hansi Muller, Rummenigge y Hrubesch continuaron llevando peligro contra la portería de Fillol. El campeón del mundo no encontró en Valencia al hombre capaz de definir el partido. Tampoco fue solución la de reemplazar a un Bertoni desconocido. Esa es la crónica de los hechos, de lo acontecido en el terreno hasta que la suerte y una genialidad de Ramón Díaz acabaron con el campeón de Europa.

El pito final de Lamo Castillo, de muy buena actuación, permitió el festejo de los 10.000 argentinos que llegaron a Montevideo siguiendo al equipo de Menotti.

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