Prohibición de juguetes de aire comprimido
Uno de los más absurdos y lamentables problemas de seguridad ciudadana que venimos padeciendo es el de esas carabinas, pistolas y otros presuntos juguetes accionados por aire comprimido, que menudean en manos de niños o de quienes ya no lo son. Tales juguetes vienen ocasionando en pueblos y ciudades una ya larga lista de muertos y heridos.Aunque semejantes artiluglos son inútiles para la caza, su peligrosidad, en cambio, es extrema, pues a su total falta de seguridad (que amenaza, ante todo, a los niños o mayores que los usan y a quienes les rodean) se une el traicionero silencio de sus disparos, que no producen detonación.
Uno de los últimos episodios que le debemos a estos instrumentos de agresión es el de ese individuo que con una carabina de aire acribilló a balinazos a un niño, al que previamente había atado a un árbol. La respuesta a la nueva prueba de que esos criminales juguetes deben ser totalmente prohibidos ha sido una procaz campaña publicitaria de los mismos, que la Prensa seria y responsable no debiera acoger en sus páginas.
Y resulta inadmisible que algún grupo parlamentario haya pedido la prohibición de los sprays defensivos que no causan herida alguna, y mucho menos muertes, y que el Gobierno y el Parlamento sigan, en cambio, demorando. la total prohibición de carabinas y pistolas de aire comprimido.
Debiera tenerse muy en cuenta, para tomar, al menos, esa mínima medida de sentido común en España que en Suiza hace ya años que se prohibió todo tipo de caza con cualquier clase de armas y que en Italia se prepara una nueva ley no sólo para que quede abolida también la caza, sino para suprimir por completo (lo que resulta aún más plausible y digno de ser imitado) el uso y la tenencia de armas de cualquier especie por quienes no pertenezcan al Ejército o a las fuerzas y cuerpos de seguridad./
. Médico (Club Ciudadano).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.