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Copa de Oro

Uruguay ganó en el partido inaugural a Holanda

,No pudo ser mejor el debú de Uruguay en su mundialito. Ni siquiera necesitó jugar bien para ganar a Holanda. Le bastaron dos goles de intuición del veterano puntero zurdo, Julio César Morales para, liquidar el partido. Al llegar al descanso estaba todo liquidado. La segunda parte fue tan solo para cubrir el formalismo. Los antecedentes de Holanda no eran como para esperar nada mejor, pero de todos modos fue tan pobre el juego de los naranjas que se puede hablar ahora del fin de una etapa en el fútbol mundial.

Uruguay se enfrentó a un equipo apagado, sin ideas, vacío de contenido. Queda tan sólo el esqueleto del revolucionario sistema que admiramos en 1974. Están las partituras, pero no hay solistas. Peters hizo todo lo que pudo; Willy van der Kerkhof cubrió todos los errores de la defensa. Muy poco para rescatar. Los uruguayos no se sintieron en peligro en ningún momento. La definición llegó cuando lograron derretir el hielo con que Holanda pretendió cubrir al menos los primeros 45 minutos. El objetivo era congelar la llamativa dinámica mostrada por los uruguayos, tradicionalmente lentos.

Holanda careció de recursos ofensivos. Abusó del tiro de larga distancia a falta de otras variantes de ataque. El cabezazo salvador de Kist no llegó nunca. Así hasta el final. Los celestes le ganaron a Holanda con el mismo estilo con que ésta los eliminó del mundial a la República Federal de Alemania. Aquel fue el fin de un ciclo en el fútbol uruguayo. La Copa de Oro cerró una etapa revolucionaria de un sistema de juego que, a diferencia de lo visto en Montevideo, era llevado adelante por grandes jugadores. Lo que no tiene hoy esta selección de Holanda. Ahora está claro. El ganador del Uruguay-ltalia será el finalista de este grupo

Mañana, RFA-Argentina

El Alemania-Argentina de mañana es, a ojos de todos, el gran partido del Mundialito, la final anticipada. Fillol, Pasarella, Bertoni, Kempes, Maradona, de un lado; Kaltz, Bonhof, Hansi Muller, Rummenigge, del otro. La última vez ganó Alemania Occidental 3-1 en la mismísima cancha del Boca Juniors. Era un partido amistoso con el que Argentina se preparaba, en 1977, para el Mundial que se jugaría un año más tarde, pero Menotti y sus hombres se juramentaron vengar esa derrota tarde o temprano.

Mucho se ha hablado de que la condición de local influyó decisivamente para el triunfo de los argentinos, por eso la Copa de Oro no deja de ser un gran desafío para Menotti.

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