Feminismo radical
En la «Tribuna libre» firmada por Inmaculada de Francisco y F. Aranguren, del día 11 de diciembre del presente año, se exponen unos aspectos como representativos del feminismo radical e independiente. Por no ser esta la corriente que dentro del movimiento feminista llamados radical, ni esas mujeres sus representantes, queremos hacer unas puntualizaciones:La corriente o tendencia expuesta en dicha «Tribuna», y que es un hecho dentro del movimiento feminismo radical e independiente. cada vez más, no es propiamente el llamado feminismo radical (en contraposición al feminismo socialista, «lucha de clases»), sino que es la tendencia llamada de la diferencia o búsqueda de la propia identidad.
1. Sobre el tema de la diferencia decimos: reivindicar la diferencia actualmente no significa más que reivindicar la opresión, pues, constatando que hay una diferencia biológica entre hombres y mujeres, esto no implica necesariamente una relación de opresión entre los sexos. Por el contrario, los hombres y las mujeres forman dos grupos de intereses opuestos y la relación que se establece entre ambos es una relación jerárquica, donde los hombres ejercen un poder sobre las mujeres. En general, decimos que el tema de la diferencia, en sí mismo, cualquiera que sea el contenido dado a la diferencia, favorece al grupo opresor, que es el que detenta el poder.
2. Pensamos que, aunque los objetivos van encaminados a construir una nueva sociedad en que las instituciones patriarcales que nos oprimen -matrimonio, etcétera- desaparezcan, creemos que el análisis tiene que partir de la realidad social de las mujeres existente hoy día, pues la lucha tiene unos pasos y la toma de conciencia de las mujeres lógicamente también, aunque las mujeres feministas intentamos adecuar nuestra vida cotidiana a nuestro pensamiento.
3. En cuanto al trabajo doméstico, no se trata de darle mayor o menor «valor», «valorizarlo», «darle un sentido de vida», etcétera. Se trata de analizar cómo se realiza este trabajo y para quién, bajo qué relaciones de producción se realiza -trabajo gratuito para los maridos-, de analizar la división social y no técnica del trabajo.
4. En cuanto a las prácticas sexuales decimos: una vez que desaparezcan las diferencias entre hombres y mujeres sociales (y no las biológicas, como es lógico), fruto de esta jerarquización entre ambos grupos, donde los hombres ejercen el poder, la distinción entre homo y heterosexualidad no tendrá sentido, ya que los individuos se reencontrarán sobre el fundamento de su singularidad (individuo específico con tal historia) y no sobre el fundamento de su identidad de sexo. Por otra parte, no debemos olvidar que la sexualidad, tal como la sufrimos hoy, es un campo más desde donde se ejerce la opresión.
5. Por último, cabe constatar que cuando las mujeres nos pusimos en marcha descubrimos al enemigo (valores patriarcales) en nuestras propias filas. / (por el Colectivo Feminista de Madrid).
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