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Miles de perros han muerto de parvovirosis durante el último año en España

Aproximadamente en diciembre de 1979 comenzaron a aparecer en España los primeros casos de perros enfermos de parvovirosis. Desde entonces han sido varios miles (no hay cifra oficial) los que han muerto y muchos otros los que, tras padecer los efectos de la enfermedad, han conseguido superarla. La vacuna que se utiliza actualmente, no específica para perros, cuesta alrededor de 1.500 pesetas, y su alto precio obedece a que aún no es fabricada por laboratorios españoles.

En agosto de 1978 se detectaron en Estados Unidos y en Australia los primeros casos de perros enfermos por parvovirus. La llamada enfermedad del gato, como al moquillo se le llama la enfermedad del perro, comenzó a originar muertes de perro en Europa a principios de 1979. Francia, Bélgica e Inglaterra fueron los primeros países del continente en detectarla. En verano de ese año los veterinarios franceses dieron la señal de alerta, y hace ahora un año, en diciembre de 1979, la enfermedad hizo su aparición en España.Cataluña y Andalucía fueron las primeras zonas en las que se detectaron casos de parvovirosis, lo que ha llevado a los veterinarios a suponer que el vehículo portador fueron los perros de turistas europeos, por ser la Costa del Sol y la Costa Brava dos de sus sitios preferidos para pasar el verano.

El período de incubación de este virus oscila entre los tres días y una semana, y los primeros síntomas que se aprecian en el animal son inapetencia, excesiva tranquilidad, somnolencia y, posteriormente, vómitos y diarreas. Cuando el animal comienza a defecar sangre, la enfermedad ha llegado a su punto crítico, por lo que los veterinarios aconsejan que no se menosprecie cualquiera de los primeros síntomas achacándolos a una mala digestión o una crisis depresiva.

El parvovirus afecta de dos formas distintas a los animales contagiados. La primera forma de dolencia se localiza en el aparato digestivo. Los síntomas y consecuencias son los de una gastroenteritis aguda. La segunda forma supone una afección cardiaca que, en el plazo de veinticuatro horas, puede ocasionar la muerte del animal. Aunque no puede predecirse cuál de las dos formas de enfermedad va a manifestarse en cada perro, parece más probable que los cachorros debido a sus menores defensas, sufran ataques cardiacos y los adultos vean afectado su aparato digestivo.

Tras un año de experiencia en el tratamiento de perros enfermos, Antonio Durán Rodrigo, veterinario madrileño, asegura que el contagio se produce al oler o ingerir perros sanos heces o vómitos de perros enfermos. Basta con oler estas heces para que el virus entre, por vía pituitaria, en el organismo de los animales. El ser humano no es afectado por el virus, pero, sin embargo, suele ser portador de él. Es hasta cierto punto corriente que los restos de heces que quedan en los zapatos puedan producir el contagio de animales.

El contagio de los cachorros se produce en un 100% de los casos cuando éstos han estado expuestos a los efectos del virus. Según Antonio Durán, la morbilidad se cifra entre un 80% y un 90%, mientras la mortalidad, en el caso de cachorros, es de un 25 %, y en el caso de adultos, de un 3%. El animal que haya padecido la enfermedad y haya conseguido superarla no tendrá secuelas físicas más que las normales tras un período de enfermedad aguda. Otro de los aspectos detectados tras un año de experiencia es que los perros cuyo pedigrí es más puro parecen estar más expuestos a la enfermedad en función de sus menores defensas. La consanguinidad que suele acompañar la depuración de una raza hace que esas defensas disminuyan.

Vacunación a las seis semanas

La vacunación de animales debe hacerse a las seis semanas de vida, es compatible con cualquier otro tipo de vacuna o medicación y el plazo de duración de los efectos es un año. La vacuna, que se administra por vía intramuscular, tiene dos modalidades: la de virus muerto y la de virus vivo atenuado. Esta última se aplica especialmente a cachorros. Aunque esta vacuna aún no se especifica para perros (se está utilizando aún la misma que para los gatos), laboratorios americanos fabrican ya la vacuna específica de la especie canina, que, lógicamente, debe conllevar una mayor eficacia en la lucha contra la parvovirosis.

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