Los dirigentes deportivos desconfían de los parlamentarios
La mayoría de las diferentes personalidades del deporte español, a nivel de máximos dirigentes, consultadas por EL PAÍS, se mostró partidaria de la proposición no de ley aprobada hace unos días en el Parlamento por la que el presupuesto del deporte se incluirá en los Presupuestos Generales del Estado.
El presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, fue el dirigente que se mostró más reacio ante esta proposición no de ley. Dirigentes como Benito Castejón, Alberto Sanromán, Juan Manuel de Hoz, Ernesto Segura de Luna y Miguel Company, con ligeras matizaciones, se declararon a favor de tal medida.Para, Benito Castejón, ex director general del Consejo Superior de Deportes, «existe parte de error en la proposición no de ley aprobada hace unos días. El presupuesto del deporte estaba ya incluido en los Presupuestos Generales del Estado. Pero todo dependerá de la cuantía y de la garantía que se pueda conceder al dinero del deporte. Para ello sería interesante que se mantenga, como mínimo, el porcentaje de las quinielas que ha regido hasta ahora. El peligro estará en que los parlamentarios consideren que es mucho el dinero destinado al deporte y lo estrangulen».
Este es un punto en el que coinciden prácticamente todos los dirigentes deportivos consultados por EL PAÍS, al igual que en destacar la seriedad que se puede conceder al deporte con esta proposición no de ley. Juan Manuel de Hoz, presidente de la Federación Española de Atletismo, aseguró que la decisión «me parece muy bien. Ya es hora de que el presupuesto del deporte figure en los Presupuestos Generales del Estado. Se inicia de esta forma una nueva etapa. La medida es fundamental para destacar la importancia que merece el deporte. Mi duda y el problema que puede surgir es que los parlamentarios sean conscientes de esa importancia y concedan al deporte el dinero que se merece. El deporte no es de segunda categoría. Lo ideal sería contar con un presupuesto estatal para el deporte e independientemente otro procedente del dinero de las quinielas».
Para Ernesto Segura de Luna, presidente de la Federación Española de Baloncesto, la proposición no de ley «me merece una opinión positiva. De esta forma el deporte institucionaliza sus presupuestos. Al mismo tiempo se mejora la imagen del deporte, al no depender ya exclusivamente del dinero de las quinielas».
Pese a estos aspectos positivos, los dirigentes consultados por EL PAÍS prevén que la medida será económicamente perjudicial para el deporte al estimar que los ingresos de las quinielas registrarán un aumento bastante más progresivo que el que se refleje en el presupuesto del deporte, incluido en los Presupuestos Generales del Estado. La solución a este asunto, por parte de Segura de Luna, sería: «El dinero de las quinielas debería revertir al Estado y éste proporcionar ese dinero al deporte. De esta forma, y al prescindir de la cantidad, se daría más seriedad al asunto».
Alberto Sanromán, ex presidente de la Federación Española de Balonmano y jefe de la asesoría jurídica del Consejo Superior de Deportes, indicó que «el poder legislativo sabrá lo que hace con esa proposición no de ley. Tiene su aspecto positivo y negativo. La gente habla del dinero de las quinielas para el deporte, pero se trata de un impuesto indirecto más».
Para Miguel Company, presidente de la Federación Española de Vela, «la realidad de esta proposición no de ley está ya contemplada en la ley de Cultura Física y Deporte. Indudablemente, al integrarse el presupuesto del deporte en los generales del Estado se da la impresión de que el Parlamento es consciente de la importancia del deporte.
El presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, manifestó que «no soy ni dejo de ser partidario de esta proposición no de ley. Es un hecho y, por tanto, difícil de discutir. Pero en la mayoría de los países occidentales de Europa no se contempla de igual forma este tema. En Italia, por ejemplo, el dinero del deporte es repartido por el CONI (Comité Olímpico Nacional Italiano). El fútbol italiano recibió el año pasado más de 1.500 millones de pesetas, además de otros doscientos millones que se proporcionaron a, los clubes profesionales. Esta fórmula se establece por medio de un convenio que se renueva cada dos años. Y en esas cifras no se incluyen los millones destinados a instalaciones».
En términos muy parecidos también se pronunció Juan Manuel de Hoz, quien aseguró que «sería mejor que el presupuesto del deporte se englobase en el Comité Olímpico Español». Benito Castejón, por su parte, aseguró que en la mayoría de los países europeos predomina la fórmula aprobada hace poco por el Parlamentó, a través de esa proposición no de ley, con lo que contradice en cierto modo las posturas de Pablo Porta y Juan Manuel de Hoz.
Castejón buscaba más garantías
Benito Castejón, mientras fue director general del CSD, no se mostró partidario de la proposición aprobada. «Siempre pretendí la garantía de que el deporte reciba los millones que generen las quinielas. Y eso se mantuviese. En otros países europeos, con el lotto, se cargaron las quinielas. Los parlamentarios, me temo, es posible que digan que es mucho el dinero que recibe el deporte y prefieran destinarlo a enseñanza, viviendas... ».Miguel, Company resaltó, además, que «confío en que los parlamentarios se den cuenta de la importancia del fútbol a la hora de los ingresos con la clase de impuesto que pueden suponer las quinielas. Espero que los parlamentarios comprendan que, si el erario público se beneficia del fútbol a través de las quinielas, este deporte también resulte distinguido de alguna forma». Poco más o menos, es la filosofía de Pablo Porta, quien asegura que «si las quinielas suponen una fuente de ingresos a través del fútbol, es ese dinero el que debe ir a este deporte».
De todos modos, y a pesar de estas posturas, Juan Manuel de Hoz considera «una barbaridad que el deporte dependa de la Administración. La estructura deportiva del país es nefasta y habría que modificarla. El Ministerio de Educación, por ejemplo, debería ser consciente de las implicaciones deportivas que le afectan».
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