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Acercamiento de Jordi Pujol a los socialistas ante el temor a un posible Gobierno de coalición UCD-PSOE

Con el fin de resituarse ante el confuso panorama político actual, Jordi Pujol intenta efectuar una visita oficial a Madrid en la semana del 15 al 20 de este mes. Por esta razón ha aplazado hasta después de las navidades su ida a Roma, donde debía ser recibido por Juan Pablo II. En fuentes de la presidencia de la Generalidad se informó del temor de Pujol a una caída de Adolfo Suárez, que implicara un Gobierno de coalición entre UCD y PSOE. En este marco se sitúan unos escarceos de aproximación, entre el Gobierno de la Generalidad y el PSC- PSOE.

Jordi Pujol informó personalmente al consejo nacional de su partido que Adolfo Suárez podría hallarse en situación crítica dentro de muy pocos meses. Dio dos nombres de posibles sustitutos de Suárez que causaron extrañeza, por cuanto que no corresponden a los obtenidos en medios muy fiables. Fueron los de Leopoldo Calvo Sotelo y Alberto Oliart.Fuentes muy próximas a Jordi Pujol indicaron que éste se considera prisionero de la infructuosa operación protagonizada por Miguel Roca desde el inicio del verano, tendente a establecer un pacto legislativo entre UCD, la Minoría Catalana, el PSA y, en un plano inferior, el PNV. Las fuentes opinan que ello sirvió únicamente para que UCD superara el innecesario trámite del voto de confianza sin que después se lograrán contrapartidas autonómicas reales, exceptuado el desbloqueo del proceso andaluz, conseguido por una vía antagónica, la del acuerdo entre los dos grandes partidos estatales.

Pujol creía y deseaba que el PSA triunfara en las elecciones parciales que tuvieron efecto en Almería y Sevilla. Ello, en su opinión, hubiese podido relanzar el protagonismo de los partidos de las nacionalidades y regiones. El fracaso del PSA incrementó la preocupación del presidente catalán.

Desde hace variassemanas, el responsable del grupo parlamentario autonómico del partido de Pujol, Maciá Alvedra, propugna un acuerdo legislativo, en el ámbito del Parlamento catalán, con el PSC-PSOE. Alavedra tiene dos grandes razones para ello. En primer lugar, su función personal -la de jefe del grupo parlamentario de un Gobierno minoritario, capaz de seir derribado a la más mínima ocasión- le incita a buscar una fórmula estabilizadora, como sería un acuerdo con el PSC-PSOE, mucho más cómodo que el actual pacto tácito con Esquerra y UCD, que obliga a Pujol a moverse hacia la izquierda y hacia la derecha al mismo tiempo, así como paralelamente hacia el «españolismo» y hacia el catalanismo.

La segunda razón del interés de Maciá Alavedra en un acercamiento a los socialistas, siempre a mero nivel catalán, procede del hecho que ello constituye una alternativa total al protagonismo de Roca, defensor éste del mejoramiento de relaciones con UCD. Alavedra es un colaborador directo de Trías Fargas, y, en consecuencia, un antagonista de Roca dentro del partido.

La caída de Suárez

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Fuentes del partido de Pujol atribuyen a la dirección estatal del PSOE un interés especial en el acercamiento a la Minoría Catalana. Destacan en este sentido la posición de Javier Solana, quien vería en ello un medio para propiciar la caída de Adolfo Suárez. Dentro de los socialistas catalanes esta posibilidad no suscita un idéntico grado de interés. A favor de un acercamiento a Pujol, destaca Eduardo Martín Toval y en contra Josep María (Raimon) Obiols. Por su parte, Reventós, como es su costumbre, está al margen.En el terreno de los hechos concretos, el PSC-PSOE ya ha anunciado que en el Parlamento catalán distinguirá entre -las leyes básicas que desarrollarán el Estatuto de Autonomía las llamadas orgánicas a nivel estatal- de las restantes. Afirmó que las primeras intentarían apoyarlas. El primer caso de coincidencia se da en la ley que suprimirá virtualmente las diputaciones catalanas.

Mientras se esboza este leve acercamiento a los socialistas, la Generalidad continúa expectante con relación a las delicadas cuestiones del control de las cajas de ahorro y del nombre y funciones del delegado del Estado en Cataluña. En ambos temas la actitud de UCD es de firmeza. Este elemento da aún una mayor significación a todo cambio de actitud respecto a los socialistas, quienes ayer estaban de acuerdo con Pujol en el Parlamento catalán, sobre la marginación de las diputaciones mediante un proyecto de ley que el delegado del Gobierno, Josep Meliá, había insinuado que podía ser anticonstitucional.

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