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Standard cierra sus factorías hasta el 7 de enero por exceso de producción y existencias

Standard Eléctrica ha anunciado a sus trabajadores el cierre temporal de las fábricas de Villaverde, Toledo y Ramiro del Prado desde el 15 de diciembre hasta el 7 de enero. La medida, que puede afectar a unos 7.000 trabajadores, ha sido adoptada para paliar el exceso de producción y almacenaje. Estas vacaciones pagadas al personal hablan de las dificultades que atraviesa el sector electrónico, y muy especialmente la filial española de ITT, y pueden convertirse en un paso previo a posteriores expedientes de crisis y regulaciones de empleo.

Hace unos días, aprovechando un almuerzo con periodistas españoles, el máximo responsable de ITT Europa, en presencia del presidente de Standard España, se refería a los problemas de exceso de plantilla de la filial española. De alguna manera advertía desde Bruselas a las autoridades españolas sobre la necesidad de adecuar la plantilla de Standard Eléctrica a la situación actual de la empresa y el mercado. La decisión de las vacaciones pagadas al personal, adoptada el miércoles, no cabe entenderla de forma aislada a las mencionadas manifestaciones del director de ITT Europa.Probablemente en los próximos meses la Administración tendrá que afrontar las solicitudes de reducción de plantilla de la multinacional, cuyos problemas en alguna medida están originados por la insuficiencia de las inversiones de la Compañía Telefónica. El sector electrónico está soportando en estos momentos de un 15% a un 20% de paro encubierto, cuyo porcentaje, referido a Standard seguramente sea mucho mayor. Aunque en este caso parte del sobredimensionamiento de plantilla es responsabilidad de la propia multinacional.

En diciembre del pasado año, respondiendo a una interpelación parlamentaria del diputado socialista Luis Solana, el ministro de Transportes y Comunicaciones aseguró que el plan cuatrienal de inversiones de la Compañía Telefónica cubriría «las actuales necesidades industriales y de servicios y los puestos de trabajo existentes en el sector en su conjunto, sentando las bases para el futuro desarrollo».

A un año vista de aquellas declaraciones, la situación del sector, según fuentes del empresariado, dista mucho de parecerse a la descrita por el hoy presidente de Telefónica y entonces ministro, Sánchez Terán. La industria española de telecomunicaciones se enfrenta con un serio problema de exceso de mano de obra cómo consecuencia de la contracción de la demanda en los últimos cinco años, y el 80% de esta demanda corresponde a Telefónica. Mientras en el quinquenio 1975-1979 se instalaron 4,5 millones de líneas (unas 900.000 por año), para 1980-1984 está prevista la instalación de unas 300.000 líneas menos.

Por otra parte, de los 787.000 millones de inversiones previstos en el Plan cuatrienal de Telefónica, tan sólo una parte cada vez menor se va a traducir en material de telecomunicaciones, porque otros gastos de infraestructura y personal absorben de forma creciente las cantidades destinadas a inversión. A esta situación hay que añadir los incrementos de productividad y sobre todo los cambios tecnológicos que, inevitablemente, incrementan el empleo encubierto o el desempleo en el sector.

Pérdida del 40% de los empleos

Márquez Balín, el presidente de Standard Eléctrica, declaraba en Bruselas, en presencia del director de ITT Europa, que el sector electrónico industrial español deberá reducir en los próximos diez años el 40% de las plantillas si se quiere conseguir empresas productivas y competitivas. El presidente de Standard España, sin duda más, preocupado por la situación de crisis económica y de desempleo en nuestro país que su superior europeo, habló de la necesidad de aumentar las inversiones de Telefónica, de trasvasar mano de obra de la industria a los servicios (la Compañía Telefónica está incrementando plantilla), de propiciar indemnizaciones sustanciosas para quienes abandonen la empresa, permisos retribuidos, y jubilaciones anticipadas, como formas de paliar el grave problema de desempleo en su empresa y en el sector.No obstante, y aunque la Administración tenga que afrontar reducciones de plantillas en el sector y en Standard, no hay que olvidar los muchos años de prosperidad de ITT en España, los royalties que ha pagado religiosamente este país a la multinacional y la necesidad de que en Bruselas, sede europea de ITT, se ponderen estas circunstancias y las que atraviesa nuestra economía en estos momentos.

La última medida, el cierre temporal de las factorías, afecta en concreto a unos 4.500 trabajadores de Villaverde, a unos 1.400 de Toledo y a unos mil (el 25% de la plantilla) de Ramiro del Prado. Los centros de Santander, de investigación y oficinas administrativas, no se ven afectados por este cierre.

Standard Eléctrica, por otra parte, ha perdido en las últimas semanas un importante contrato con Irak, que le ha sido arrebatado por la firma francesa Thomson, probablemente como contrapartida exigida por este país -entre otras- a su ayuda bélica a los iraquíes en la guerra.

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