La situación del Salamanca, consecuencia de un saneamiento económico
El Salamanca es actualmente el equipo que se encuentra en una de las peores situaciones deportivas de cuantos configuran las tres divisiones del fútbol. Sólo le supera el O'Donnell y le iguala el Toledo, ambos de Tercera. Después de trece jornadas lleva sólo cinco puntos; ha ganado sólo un partido -el último, ante el Zaragoza- y es el equipo menos goleador -con el Almería- y segundo máximo goleado de su división -tras el Athlétic de Bilbao-; el propio presidente en funciones del club estima que ya hay un 75% de posibilidades para descender. Esta situación se debe a que la directiva decidió, a comienzos de temporada, que por encima de los resultados del equipo estaba sanear la economía del club.
En la pasada campaña futbolística el Salamanca presentaba un déficit de 160 millones de pesetas. El propio patrimonio del club estaba en peligro y la directiva, presidida por Juan Bautista Alonso, hasta que se convoquen nuevas elecciones, decidió reducirlo aunque implicara el traspaso de jugadores. Los dos hombres más cotizados, Diarte y Balbinol, pronto tuvieron nuevo club. El primero se fue al Betis, y el segundo, al Atlético de Madrid. Las operaciones dejaron la deuda en 105 millones, que se restó en treinta más con los abonos de los socios.La operación de saneamiento económico también alcanzó a los pases de favor, que fueron suprimidos, con el objeto de que las taquillas pudieran verse incrementadas. Incluso los directivos compraron su abono para toda la temporada al precio de 15.500 pesetas. Sin embargo, las recaudaciones. no han sido altas, consecuencia lógica de la marcha del equipo. Las 300.000 pesetas ingresadas en caja cuando el Hércules visitó el Helmántico son todo un ejemplo. Contra el Atlético de Madrid la taquilla fue notablemente superior -se estableció día del club-, pero el campo presentó muchas localidades vacías.
La directiva fue consciente de que este caso podía presentarse si el equipo no seguía trayectorias anteriores, pero reducir el déficit era capital, y el club no pudo mantener su tradicional política de fichajes -recurrir a jugadores que no eran titulares en los equipos grandes- por la carestía del mercado nacional. De esta manera, el Salamanca afrontó la temporada con una plantilla capitidisminuida. Pese a que esta situación ha desembocado en la captación de nuevos valores -Ito, un extremo de dieciecinueve años es el más fiel exponente-, los malos resultados deportivos no se han hecho esperar, aunque el presidente del club también los atribuya «a una campaña que viene realizándose desde que el Salamanca protagonizó, junto con el Málaga, unos desagradables incidentes la pasada temporada».
Juan Bautista Alonso habla de «arbitrajes sin suerte, y excesiva casualidad es que siempre correspondan al Salamanca colegiados anticaseros para los partidos del Helmántico y caseros para los de fuera, por lo que hay que pensar en todo». Es consciente que el equipo está ya más cerca del descenso que de la permanencia, y con ello quizá ya contaba cuando se decidió que antes que nada estaba el llegar a enjugar la deuda: «Es fundamental que los clubes puedan financiarse con sus propios recursos, porque los créditos bancarios llegan a hundirlos». Porque se sigue esta idea, el presidente se muestra optimista, pues se mantiene una plantilla joven, por lo que confía en que el probable paso por Segunda División la próxima temporada sea sólo un año de transición «por el que tienen que pasar todos los equipos de las ciudades que cuentan con escasos recursos económicos».
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