La industria textil sedera española denuncia la importación de productos a precio de "dumping"
«Antes se cambiaba el traje por moda; hoy, porque está roto». La frase es un indicador de la situación que atraviesa el sector textil en toda Europa y, por supuesto, en España. La mitad de los puestos de trabajo de esta industria se encuentran en peligro y decenas de empresas se encuentran en la frontera del cierre. La Asociación Nacional de Tejedores Sederos españoles llama desde hace poco tiempo a la puerta de la Administración para aportar soluciones a "ciertas enfermedades" que padece nuestro textil, entre las que figura la importación de productos a precios dumping.
El presidente de la República francesa, Giscard d'Estaing, definió a la industria textil, a principios del presente año, como «una actividad estratégica con porvenir».Los analistas comunitarios ya han advertido que en el plazo de cinco años alrededor del 25% de toda la actividad textil de la CEE se habrá desplazado hacia otros campos de la producción, y que el 50% de la industria de confección habrá sido sepultada por las importaciones.
La crisis general del textil se inició en los comienzos de la década de los setenta. Al incremento de los costes de materias primas derivadas de los productos petrolíferos se añadió un acusado descenso en los índices de consumo, como consecuencia del deterioro del poder adquisitivo de grandes estratos sociales. Estos factores, unidos a la creciente pérdida de competitividad de los productos europeos frente a las producciones de los países en vías dé desarrollo y la ofensiva lanzada por los países superindustrializados para conquistar el mercado de Europa propiciaron la actual situación, que está definida por el conotinuo cierre de empresas y la posible reducción a la mitad de los puestos de trabajo de la industria textil.
Hasta la fecha, el sector textil se ha caracterizado por la masiva mano de obra utilizada. Al ser ésta en Europa más costosa que en los países en vías de desarrollo, algunos Gobiernos de la CEE optaron por el desmantelamiento de la industria y la reconversión de su personal a otros sectores productivos. La idea que prima en la actualidad es la protección de las respectiva industrias textiles nacionales y la modernización de su infraestructura.
Situación española
El censo laboral del sector textil español cuenta en la actualidad, según datos de la Asociación Nacional de Tejedores Sederos, con 383.000 trabajadores, aproximadamente. El volumen de negocio suma 685.000 millones de pesetas, 64.000 de los cuales corresponde a las exportaciones, lo que representa una aportación del 5,16% al PIB y un 5,3% de la balanza comercial española.El español consume al año nueve kilos de productos textiles, ocho menos que en la CEE. Este consumo es el mínimo desde que comenzó la crisis textil. Su curva sólo ascendió en 1979; en 1980, el descenso del índice de consumo fue un brusco 8 %.
Las causas de la crisis textil en España no difieren mucho de las genéricas en la CEE. En el subsector de tejeduría sedera, según su Asociación Nacional, la evolución de su comercio exterior está agravada por el descenso de las exportaciones, cuya responsabilidad es principalmente empresarial, y «el desmesurado incremento de las importaciones».
En este último punto, los tejedores sederos hacen hincapié en que existen "permisivas condiciones de acceso a nuestro mercado de las manufacturas extranjeras", buena parte de las cuales se realizan a «precios descaradamente anormales, en condiciones de dumping.
Estas producciones proceden en general de países en vías de desarrollo -«baratos»-, países de Europa del Este (Checoslovaquia, Hungría y Rumanía) y países industrializados (los de la CEE, Estados Unidos y Japón). Las diferencias de costes de producción estriban en el menor costo de adquisición de las materias primas, la diferencia desfavorable a España en los siguientes puntos: maquinaria y utillaje empleados, plazos de amortización de la maquinaria, productividad, porcentaje de cotización por Seguridad Social y costes financieros.
Esta serie de matices entre la industria textil española y la exterior ha propiciado que durante 1980 se hayan importado alrededor de veinte millones demetros cuadrados de tejido sedero, lo que supone el 7% de la producción nacional.
Soluciones
La Asociación Nacional de Tejedores Sederos se ha dirigido ya a la Administración para aportar soluciones que defiendan a la industria nacional frente a la «absoluta liberalización de que goza la importación» de las manufacturas del subsector en nuestro país. A corto plazo, según los tejedores sederos, la solución pasa por la adopción de unos criterios realistas y selectivos respecto de la concesión de licencias de importación.A largo plazo, los tejedores sederos proponen un plan de reconversión que permita alcanzar el «grado de competitividad necesario para entrar en la CEE».
Todavía no está confeccionado el plan de reconversión, pero los tejedores sederos no olvidan, por ejemplo, el modelo belga, en el que se reestructura la industria a quince años vista, se reduce la plantilla en un 10% y se ofrecen créditos oficiales a un interés del 2%, superior a los dividendos de la empresa con cinco años de carencia y diez de amortización.
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