900 muertos, balance inicial del terremoto que ha asolado Italia
El sur de Italia era anoche un área devastada en centenares de kilómetros, veinticuatro horas después de un seísmo de grado siete en la escala de Richter, que ha provocado hasta la hora de cerrar esta edición novecientas víctimas. El balance final del terremoto que ha sacudido la península italiana puede ascender a millares de muertos, ya que los equipos de rescate no han podido llegar todavía a más de la mitad de los pueblos de la amplia zona siniestrada.Decenas de ciudades y pueblos, en un perímetro delimitado por Nápoles, Avellino, Potenza y Salerno, han sido reducidos a escombros. Es la primera vez, según los geólogos, que un seísmo afecta a una zona tan extensa de ltalia. Otros cien temblores se han producido desde la primera sacudida.
Los helicópteros que sobrevuelan sin cesar las siete provincias siniestradas informan que hay varios pueblos totalmente destruidos. Las carreteras están cortadas en largos tramos y sólo las grandes palas mecánicas del Ejército consiguen a duras penas abrirse paso por las zonas menos destruidas. La intensidad del seísmo se hizo claramente perceptible en Roma, donde numerosas personas se lanzaron a las calles.
Las primeras estimaciones sitúan el foco del seísmo a unos veinticinco kilómetros de profundidad, y su epicentro, en el límite de las provincias de Avellino y Potenza.
El presidente de la República, Sandro Pertini, ha decretado duelo nacional y se ha desplazado a la zona del desastre. El Ejército ha sido movilizado y más de 2.500 hombres se encuentran va trabajando en el desescombro. Quince helicópteros, decenas de camiones que transportan víveres, tiendas y mantas, y grandes bulldozers han sido puestos en juego para luchar contra el tiempo.
Italia se ha volcado en ayuda a la región devastada. Coordinada por la Protección Civil y la Cruz Roja, la ayuda va desde hospitales de campaña hasta ingentes cantidades de víveres. Los ferrocarriles han movilizado sus coches-cama y litera para acercarse a los lugares arrasados y servir de alojamiento provisional a los miles de personas que, despavoridas, pasan la noche en el campo. Página 3
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.