Las Américas
Los futbolistas españoles vuelven a hacer las Américas. Afortunadamente en esta nueva etapa emigratoria no hay dolorosas razones por medio, sino gozosas cantidades de plata. Pirri, pionero de esta segunda fase, ha arrastrado ya a Asensi. Para la próxima temporada se vislumbran nuevos fichajes millonarios. El Puebla se ha convertido para los jugadores españoles en el cementerio de elefantes que es para otros diversos países el Cosmos.El fútbol mexicano no podría escribir su historia sin dedicarle los capítulos fundamentales a los españoles. A aquellos que crearon clubes tan gloriosos como España y Asturias, repetidamente campeones nacionales, y a quienes dieron casi definitivo impulso al balompié azteca a partir de 1938. La selección de Euskadi, campeona de la Liga nacional mexicana en 1939, en el final de etapa de su emigración forzosa tras el final de la guerra civil, se desintegró para que sus hombres pertenecieran a los clubes del país. Así, en el España, campeón de 1939-1940, se enrolaron Blasco, Cilaurren, Aedo, Muguerza; Iraragorri, Lángara y Emilín Alonso. En ese mismo club se habían integrado en la campaña anterior los jugadores catalanes Vantolrá, Gual, lborra y Pedrol, procedentes de la otra selección exillada.
La selección nacional azteca, que en los años sesenta contó con los hijos de Regueiro y Vantolrá, sólo nos mandó una estrella, Barbolla, y no pudo triunfar plenamente en el Madrid preeuropeo.
