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Aranguren: "El fanatismo es algo intrínseco al terrorista"

Recientemente ha sido presentado en Madrid, en la sede de la asamblea suprema de la Cruz Roja, el libro Terrorismo, escrito por el historiador y comentarista político Walter Laqueur, británico de origen alemán y actual profesor de Historia Moderna de la Universidad de Tel Aviv.Según informa Europa Press, el libro fue presentado brevenaente por un representante de la empresa editora de la obra en España, y a continuación se registró un coloquio en el que, intervinieron el profesor de Psicología José Luis Pinillos, el sociólogo José Luis Aranguren, el catedrático de, Teología padre Manuel Fraljo, el escritor Fernando Sánchez Dragó y los periodistas Werner Herzog y Miguel Angel Aguilar.

En su exposición, Pinillos comentó que la violencia es una forma intrínseca de la vida humana, en la que se inscríbe el terrorismo. Añadió que en el fenómeno terrorista se da una insensibilización ante la muerte del prójimo, así como una satánica arrogancia ética a la hora de decidir el drástico final de alguíen, ya que el terrorista se cree en la absoluta posesión de la verdad. Concluyó diciendo que continúa siendo un enigma córrio se configura el terrorista y el terrorismo.

Por su parte, el profesor Aranguren definió el terrorismo como «la utilización de la violencia de modo sistemático e indiscriminado para propagar el miedo en beneficio de unas ideas políticas». Señaló también que el fanatismo es algo intrínseco al terrorista, y afirmó que las prácticas terrorístas nunca son justificables, aunque precisó que en algunos casos son inás explicables, como los que se registran en determinados países latinoamericanos.

A continuación, el padre Fraljo rebatió algunas tesis expuestas por el profesor Aranguren, relativas a supuestas relaciones o coincidencias entre terrorismo, fanatismo y religión, y recordó algunos, pasajes evangélicos referidos a la posición de Jesucristo ante la violencia.

Fernando Sánchez Dragó se manifestó en contra de la violencia y del terrorismo, y comentó que éste no es en sí mismo una. «enfermedad», sino el «síntoma de la enfermedad social». Agregó que, en su opinión, el terrorista no responde a las características del delincuente habitual, sino que más bien es un idealista capazde matar por sus ideales.

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