Desilusión

Tras las sesiones positivas del miércoles en las Bolsas de Barcelona y Bilbao, y el cierre discretamente favorable, sobre todo para los bancos, que presentaba el mercado madrileño el mismo día, se esperaba que la Bolsa, ayer, remontase algo de su perdido vuelo y presentase, al cierre de sus operaciones, un balance al menos discretamente positivo.Pero no ha sido así. En el mercado madrileño, si descontamos la actuación alcista del sector de construcción, favorablemente afectado por la firma del acuerdo sobre el plan cuatrienal de construcción de viviendas, firmado entre la Administración Y los representantes de la banca privada, y que ha venido a sumarse al que hace varios lías suscribieran, a su vez, las cajas de ahorro, la sesión ha dado muy poco más de sí.

Los bancos, en los que casi todos los operadores tenían depositadas sus esperanzas, ignoraron el importante descenso en el volumen de su oferta que se había registrado, que pasó de 60.000 acciones, el miércoles, a unas 30.000 ayer, y optaron por unas cómodas repeticiones, de las que sólo escapaban el Hispano y el Central, que subieron dos puntos, respectivamente. En el resto del grupo dominaron, los signos de equilibrio, circunstancia que tuvo una acogida escasamente favorable entre los inversores, hasta el punto de que, después de hora, más de una de estas entidades contaban con bastante más papel que antes de iniciarse las operaciones del día.

Por fin consiguió cotizar Telefónica, y lo hizo dando la razón a los vendedores, es decir, repitiendo cambio a 60,25%.