Santiago Carrillo elogia en Sanghai el hecho de la depuración de la "banda de los cuatro"
La delegación del Partido Comunista de España (PCE), que visita actualmente China, abandonó ayer Pekín y marchó a la ciudad de Shanghai, en el avión especial que el Gobierno chino ha puesto a su disposición. Durante el banquete de bienvenida, ofrecido por las autoridades locales y el comité del Partido Comunista, Santiago Carrillo puso de manifiesto su satisfacción por encontrarse en Shanghai, «cuna de la revolución», así como por la «pulverización de la banda de los cuatro».
Esta alusión del secretario general del PCE a los dirigentes del pasado periodo radical de China se produjo en la ciudad de la que surgieron tres de los cuatro miembros de la banda, y en la que actualmente se encuentran detenidas, al menos, una docena de personas, pendientes de juicio por sus vinculaciones a aquéllos. Fuentes de la organización local del PC chino atribuyen a estos detenidos varios millares de «crímenes», si buen no precisaron la fecha en que serán juzgados ni la posible simultaneidad de este proceso con el de Pekín.Santiago Carrillo afirmó también que su actual visita a China es «uno de los momentos más felices de nuestras relaciones internacionales», y, tras referirse a las acciones de la banda de los cuatro, antes mencionadas, agregó: «También nosotros hemos cometido serios errores, durante un tiempo no hemos sabido aplicar el principio de pensar con nuestra cabeza y marchar sobre nuestros pies», para añadir inmediatamente que «vamos a mantener la amistad con el Partido Comunista chino con el mismo cuidado que a las niñas de nuestros ojos».
«China y España», continuó, «no tienen interés alguno que les contraponga, y vamos a obrar para convencer al Gobierno español de que desarrolle la amistad con vuestro país. Porque el porvenir del mundo depende en gran parte de la modernización de China y de los. progresos de vuestro país».
Las palabras del secretario general del PCE, aun pronunciadas en el contexto de la cortesía normal en este tipo de actos, confirman la impresión de que el entendimiento entre el PCE y los comunistas chinos es un hecho, cuestión que los dirigentes del PC chino subrayan ofreciendo, por su parte, una fastuosa acogida al líder del Partido Comunista de España, que, según los periodistas con residencia permanente en Pekín, se asemeja al tratamiento otorgado a jefes de Estado o primeros ministros.
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