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La dirección de Duro Felguera pretende rebajar los salarios y evitar la regulación de empleo

La propuesta de congelación salarial formulada por la dirección de Duro Felguera, la primera empresa privada asturiana, ha sido rotundamente rechazada por las centrales sindicales Comisiones Obreras y UGT, las cuales se oponen también al referéndum que la empresa pretende convocar en la primera quincena de este mes para que el colectivo laboral se pronuncie sobre el contencioso que acaba de abrirse.

La situación planteada por Duro Felguera, empresa dedicada a la fabricación de bienes de equipo y productos de la construcción naval, es realmente singular. Con unos beneficios en 1979 de 1.400 millones de pesetas, que suponen un incremento del 56,7% sobre el ejercicio anterior, y unos gastos financieros estables cuando en el conjunto del sector experimentaron un crecimiento de casi un 60% la dirección plantea como objetivos ineludibles para 1981 la congelación salarial y la movilidad del personal.

La empresa alega la imposibilidad de incrementar los precios de sus productos en el mercado para no perder competitividad: argumenta que el peso de la mano de obra -su plantilla es de 2.500 trabajadores- representa entre el 40% y el 45% de los precios de dichos productos, y anuncia la parada de algunas divisiones durante el próximo año, como consecuencia de la reducción de pedidos. A cambio se compromete a mantener durante 1981 a todo el personal afectado por los cierres de instalaciones.

El ejemplo japonés

Las claves de la filosofía de esta sociedad, que tiene como mayoritario en su capital al grupo Urquijo, aparecen paladinamente explicadas en un boletín interno, de difusión restringida, al que tuvo acceso EL PAIS. Después de analizar la situación de la empresa, el citado boletín afirma que la salida a los actuales problemas está en aplicar medidas similares a las japonesas.Japón «sigue creciendo», agrega, «es una temible competencia para todo el mundo y cada vez vende más; ¿cómo? Trabajando, invirtiendo cada vez más y manteniendo una disciplina laboral libremente aceptada por todos, que tiene características casi militares. Con estas ideas básicas tiene el índice de paro más bajo del mundo y sigue avanzando en la conquista de nuevos mercados y nuevas técnicas.

La dirección de Duro Felguera entiende que si la actividad desciende en un 15% o 20%, los salarios deben reducirse en la misma medida para mantener el exceso de plantilla con ese ahorro. «Todo ello», concluye el boletín, «sin emplear el traumatizante sistema de los expedientes de regulación y con las debidas matizaciones de hacer desaparecer las horas extra y el pluriempleo».

Duro Felguera recomienda a las empresas en crisis seguir el ejemplo japonés sin recurrir a soluciones a la española «tipo de sacar un santo en procesión para que llueva, que es equivalente a montar una manifestación para protestar porque el mercado ha disminuido».

Por su parte, las centrales sindicales atribuyen al convenio de Duro Felguera el carácter de piloto, ya que si, pese a su buena situación financiera, impone la congelación salarial, todas las demás empresas asturianas se verían tentadas a seguir su ejemplo.

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