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El Parlamento iraní reanuda mañana la discusión sobre los rehenes

Dos nuevas condiciones podrían ser añadidas a las cuatro ya impuestas a Estados Unidos por Irán para liberar a los rehenes norteamericanos, en el caso de que sus propuestas prosperen en el Parlamento iraní. Las nuevas exigencias serían las de retirar los efectivos navales norteamericanos del golfo Pérsico, al igual que la ayuda a algunos regímenes de la zona, y el reconocimiento por parte de Washington de que ha practicado la injerencia en los asuntos internos de la política iraní, según aseguraron en Teherán varios parlamentarios que desde el domingo debaten a puerta cerrada el caso de los 52 rehenes norteamericanos. Sin embargo, el Parlamento iraní no ha resuelto aún el número de condiciones que impondrá, y el debate continuará mañana, miércoles.

El tratamiento del caso de los rehenes norteamericanos comenzó en la mañana del domingo en Teherán, tras sortear una fuerte oposición en el seno del Majlis (Parlamento). Ochenta y siete diputados, de los aproximadamente 190 asistentes, votaron en contra de debatir entonces el tema y argumentaron en distintas intervenciones, que la opinión pública occidental daba más importancia a la situación de «52 espías-rehenes», que a los numerosos iraníes que están muriendo en la guerra.Otros diputados destacaron que el gran despliegue informativo el pasado domingo en el Majlis para cubrir el debate- sobre los rehenes contrastaba con la escasa atención que despierta la guerra en medios occidentales. En los momentos en que se producían estas intervenciones, veinte periodistas extranjeros soportaban en el frente norte, en las inmediaciones de Qas el Eshrin, un intenso bombardeo, del que afortunadamente salieron Ilesos, según informaciones recibidas ayer en Teherán.

La sesión parlamentaria, que fue en principio abierta, siguió su curso después a puerta cerrada, con el tema de los rehenes como principal punto de su orden del día. Fuentes parlamentarias revelaron luego que se discutieron las nuevas condiciones a incorporar a las cuatro ya exigidas. Las propuestas de ampliación de exigencias fueron numerosas; pero, según las fuentes mencionadas, las dos citadas polarizaron el debate.

En principio, un sector del Parlamento propuso la adición de una nueva exigencia, consistente en demandar a Estados Unidos la retirada de sus unidades del golfo Pérsico y el cese de su ayuda a Jordania e Irak. Esta propuesta, que habría sido formulada de un modo genérico, incluiría la cancelación del envío de aviones norteamericanos Awacs a Arabia Saudí, cuyo libramiento fue decidido recientemente por Washington. La segunda nueva condición que se debatió iba dirigida a lograr de Estados Unidos el reconocimento público de injerencia en los asuntos internos de Irán.

Ayer se desconocía en Teherán si estas dos proposiciones de incorporación de condiciones habían medrado o no, y el Mapis no adoptó, que se sepa, ninguna decisión final a este respecto.

Toda la atención está centrada hoy en Teherán, donde presumiblemente un nutrido grupo de parlamentarios cumplimentará al imán Jomeini en la festividad de Eid e Ghadir, en la que se conmemora la designación de Alí como primer imán de los chíitas. Según los observadores, los parlamentarlos comunicarían hoy al imán Jomeini el resultado de sus debates, que, al parecer, podrían continuar en el Majlís el miércoles, por la mañana.

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En cuanto a los rehenes, en Teherán no han podido confirmarse las informaciones difundidas en Europa y Estados Unidos sobre los preparativos de las autoridades iranies para una inmediata liberación de los 52 norteamericanos. La sede de la Embajada norteamericana en Teherán permanecía ayer normalmente vigilada, y en sus mediaciones no se percibe ningún indicio que permita suponer que los rehenes norteamericanos hayan sido congregados en el recinto diplomático.

La incógnita de la liberación

Realmente no existe en Teherán un criterio unánime sobre el desenlace del asunto de los 52 norteamericanos, cuyo cautiverio cumplirá el próximo 4 de noviembre un año. Tampoco se conocen los plazos en los cuales la resolución podría desarrollarse ni si las autoridades iraníes van a liberarles, en caso de que el Maj1is así lo decida, a todos a la vez o por grupos.

Lo que sí parece descartado es la posibilidad de un juicio a algunos de ellos, a raíz de unas declaraciones de Hachemi Rafsanjani, líder del Mailis, en las que, de un modo elíptico muy común entre los dirigentes iraníes, eludía esta eventualidad. Rafsanjani, que cuenta con un gran ascendiente en el Parlamento y cuya actitud arbitral fue decisiva para que la discusión parlamentaria medrara en el Majlis el domingo, dijo que los rehenes serán liberados «si Estados Unidos acepta nuestras condiciones», para añadir luego que, «si las rechazan, los 52 rehenes continuarán como estaban hasta ahora».

Pese a las distinciones, matizadas por los dirigentes iraníes, entre el tema de los rehenes y el curso de la guerra irano-iraquí, entre los cuales han establecido diferencias nítidas, no se descarta desde Teherán la influencia que puede llegarse a registrar entre un asunto y otro, como se puso de manifiesto el domingo y ayer en el Parlamento. El durísimo bombardeo sobre Dezful, en el que pueden haber muerto cien personas, fue esgrimido por algunos diputados para posponer el debate sobre la cuestión de los rehenes. Asimismo, todos los medios de información y opinión iraníes continúan imputando a Washington la instigación de la guerra, lo cual da pie a que las dos cuestiones se vean con frecuencia mezcladas.

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