Carter se muestra prudente sobre la posible liberación de los rehenes
La confusión generalizada es la nota predominante de lo que en las próximas horas podría convertirse en una de las grandes noticias del año: la liberación de todos o al menos gran parte de los rehenes norteamericanos que Irán mantiene en su poder desde el pasado 4 de noviembre. Hoy se reunió en Teherán el Parlamento iraní (Majlis) y todo parece indicar que, a instancias del imán Jomeini, y en base a las cuatro condiciones por él impuestas a Estados Unidos, se adoptará una decisión definitiva en torno a la suerte de los rehenes.
El presidente Jimmy Carter, temeroso de que el régimen iraní le juegue una mala pasada de última hora, mostró ayer una extremada cautela en torno a las innumerables noticias, procedentes de las fuentes más variopintas, que daban como inminente la llegada a sus hogares de los norteamericanos secuestrados.«No hay noticias», recalcó el presidente-candidato tras finalizar uno de sus mítines electorales. «¿Cuándo espera que vuelvan los rehenes?», le preguntaron a Carter. Su respuesta fue más que lacónica: «Algún día, pero desconozco cuál».
Pocas horas antes de que se iniciase el debate en el Majlis sobre el controvertido asunto, los diputados iraníes parecían divididos sobre la oportunidad de añadir nuevas condiciones a las cuatro impuestas por el imán Jomeini para liberar a los rehenes: devolución de la fortuna del sha, compromiso de no injerencia política y militar en Irán, renuncia a las querellas presentadas contra Irán y desbloqueo de los fondos iraníes en Estados Unidos.
Aunque, aparentemente, la cúpula religiosa había llegado al acuerdo de solucionar rápidamente el asunto en base a los cuatro requisitos mencionados, algunos diputados del Partido de la República Islámica (PRI) y del bloque islamo-progresista opinaban que era necesario distinguir entre rehenes «inocentes» y rehenes «espías», y se declaraban partidarios de seguir reteniendo a estos últimos o incluso de juzgarlos.
Otros parlamentarios expresaron su deseo de formular condiciones suplementarias para la liberación de los rehenes, al tiempo que la mayoría de los elegidos parecían lamentar que la salida del país de los 52 secuestrados vaya a producirse durante la guerra con Irak, lo que no dejaría de ser interpretado como una prueba de la debilidad de Irán.
En todo caso, la liberación hoy, domingo, y mañana, lunes, de todos los rehenes, anunciada a bombo y platillo el viernes por la noche por la cadena de televisión norteamericana NBC, fue categóricamente desmentida ayer por un portavoz del primer ministro iraní, Mohamed Alí Radjai. Por su parte, la oficina en Teherán del imán Jomeini consideró ayer como «posible» la puesta en libertad, por grupos, de los 52 secuestrados, negándose a dar cualquier detalle suplementario.
Aunque el debate parlamentario que se inicia hoy resulte probablemente agitado, numerosos indicios ponían ayer de manifiesto la voluntad negociadora iraní, aunque nada permitía prever un rápido desenlace del asunto de los rehenes.
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