La bicicleta dista mucho de ser una alternativa al transporte

La utilización diaria de la bicicleta por parte de los madrileños para dirigirse a su trabajo, a sus clases o a sus diferentes ocupaciones está aún muy lejos de ser una escena normal. El motivo fundamental no es la orografía de la ciudad, que puede suponer alguna dificultad, sino la falta de conciencia ciudadana de que la bicicleta no es sólo un medio más para hacer deporte, sino que, como ocurre en otros países, es un medio alternativo de transporte.Esta falta de conciencia podría ser subsanada en parte con una actuación municipal que diera la posibilidad de circular por unas determinadas calles con una seguridad que ahora no se tiene y que parece ser una de las causas principales a la hora de sustituir el automóvil por las dos ruedas.

Hasta ahora, los responsables municipales no se han planteado en serio una reforma de la circulación para introducir en ella a la bicicleta corno un vehículo más. Crear un carril-bici junto al carril-bus en calles como la Castellana, Gran Vía o Princesa es una idea que, en algún momento ha sido expuesta, pero que no cuenta ni con proyectos concretos ni siquiera con la intención de realizarlos por el momento.

El Ayuntamiento ha decidido, sin embargo, impulsar el papel de la bicicleta, aunque sea, en una primera fase, como medio de hacer deporte. Tras el cierre los domingos de un tramo de la calle del Príncipe de Vergara para que se pudiera practicar este deporte, anunció la creación de tres circuitos más en Retiro, en la Ciudad Universitaria y en la Casa de Campo.

La adecuación de estas tres zonas al uso de la bicicleta parecía, desde luego, un proyecto más fácil que robar un metro a los automóviles en las principales calles de la ciudad.

Sin embargo, después de varios meses de espera, los dos primeros circuitos citados están aún en la fase de proyecto ya elaborado y el tercero es sólo una idea.

Falta de dinero

El motivo de este retraso se debe a la falta de dinero y de acuerdo que ha surgido entre los mismos miembros de la corporación municipal sobre la idoneidad de hacer un circuito en el parque del Retiro, según un proyecto que hacía pasar el itinerario por los paseos de peatones, y no por las calzadas ya establecidas.

El concejal de Saneamiento y Medio Ambiente, Manuel Mella, se opuso a que el proyecto se realizara de esta forma, hecho que se sumó a que el dinero que iba a ser destinado para este circuito en el presupuesto extraordinario de inversiones fue dedicado, según parece, a la compra de doscientos autobuses para la Empresa Municipal de Transportes.

El deseo del responsable de Saneamiento era que el circuito se abriera no en los paseos peatonales, sino en el paseo de Coches, en donde, en caso de suprimir la circulación rodada, podría dedicarse toda la calzada al uso de bicicletas.

Esta idea parece haber sido aceptada por el primer teniente de alcalde, Ramón Tamames, defensor de la instalación de circuitos y de la celebración de fiestas ciclistas en Madrid. «El circuito del Retiro será estudiado próximamente por la comisión de gobierno del Ayuntamiento, y la decisión dependerá de la revisión de uso que se quiere realizar en este parque», manifestó Tamames.

Esta revisión de uso, estudiada, aunque no en profundidad, desde hace varios meses, consistiría en cerrar al tráfico rodado el parque del Retiro. «Posiblemente se dejaría un área para el aparcamiento de vehículos, ya que, en caso contrario, la zona sufriría un déficit de aparcamientos y ferias como la del libro sufrirían una importante merma en el número de visitantes», manifestó el primer teniente de alcalde.

Esta área, aún no decidida, podría ir desde O'Donnell hasta la entrada del antiguo zoológico. El resto quedaría para el disfrute de los ciclistas. La medida supondría por otra parte, un ahorro de veintitrés millones de pesetas, presupuesto previsto para la realización del circuito proyectado.

Circuito universitario

El otro circuito, que, con más de ocho kilómetros, atravesará la Ciudad Universitaria, se empezará a construir, según parece, el próximo año, una vez que el proyecto sea recogido en los presupuestos del Ayuntamiento y del Consejo Superior de Deportes, organismos que, junto con la Universidad Complutense, han acordado construir el circuito.

El itinerario podría suponer el primer paso para la utilización de la bicicleta como medio de transporte, ya que pasa por delante de la mayor parte de las facultades universitarias. El único problema sería trasladar la bicicleta hasta el Arco del Triunfo desde las distintas zonas madrileñas. Quizá así los estudiantes y usuarios de este circuito convertirían las principales vías de acceso a la Universidad, tales como la avenida de la Reina Victoria, Islas Filipinas, Princesa, Ferraz o Fernando el Católico, en los primeros itinerarios urbanos donde el uso de la bicicleta supusiera una auténtica alternativa al transporte que obligara a poner en práctica 16 que hasta ahora sólo son ideas.

En una postura mucho más radicalizada, los ecologistas sostienen que reducir la utilización de la bici a un solo día y a unos circuitos determinados no son más que acciones folklóricas sin efectividad real. Este sector propugna que la bicicleta se convierta en un medio de locomoción cotidiano y por toda la ciudad, para lo que es imprescindible que el Ayuntamiento fomente la mentalización de los conductores sobre el respeto a los ciclistas, que se restringa el uso del automóvil y que establezca las medidas de vigilancia.