Ensidesa y Altos Hornos perderán este año unos 30.000 millones de pesetas a causa de las cargas financieras
Las pérdidas de la empresa siderúrgica asturiana Ensidesa se situarán este año por encima de los 16.000 millones de pesetas, según las primeras estimaciones proporcionadas por fuentes del sector, que vienen a confirmar los diagnósticos que se han venido haciendo a lo largo de los últimos meses. Altos Hornos de Vizcaya tendrá también unas pérdidas cuantiosas, aunque proporcionalmente superiores, ya que con una cuarta parte de la producción de acero de Ensidesa sus pérdidas podrían situarse en torno a los 13.000 millones de pesetas.
El agravamiento de la situación en ambas empresas siderúrgicas determinará la aceleración de los planes de reestructuración y saneamiento financiero del sector siderúrgico integral, del que forman parte estas dos empresas.
Causas de las pérdidas
El origen de las pérdidas crecientes producidas en estas dos empresas siderúrgicas integrales tiene una triple explicación, según se pone de relieve en medios del sector. En primer lugar, las cargas financieras han aumentado de forma considerable ante la persistencia de los déficit financieros en ambas empresas (Altos Hornos empezó ya el año pasado con un déficit acumulado importante, que a finales de este ejercicio ascenderá a unos 45.000 millones de pesetas, mientras que Ensidesa inició ya este año con un déficit financiero del orden de los 22.500 millones de pesetas y cerrará con unos 38.000). Estos aumentos de las cargas financieras vienen determinados también, en parte muy importante, por el incremento del activo circulante y la morosidad de algunos de los clientes más fuertes de la siderurgia; tal es el caso de Ensidesa, con quien las empresas públicas del sector de la construcción naval mantienen deudas del orden de los 12.000 millones de pesetas.En segundo lugar, la atonía del mercado interior y la debilidad de la demanda de acero hacen inviable unos aumentos de los precios de venta en proporciones paralelas a los incrementos de los costes, a pesar de la notable moderación experimentada por éstos en los últimos tiempos. A lo largo de este año se han producido dos incrementos de las tarifas siderúrgicas, uno a comienzos del año, del 4,2%, y otro en el mes de agosto, con una media ponderada del orden del 10,4%. Según medios empresariales, esta segunda subida no ha podido ser aplicada por la situación del mercado, que no permite incrementos en los precios de venta de los productos siderúrgicos. En consecuencia, las empresas integrales no pueden mejorar sus precios de venta, y parece que esta imposibilidad se prolongará por lo menos hasta finales del año en curso.
Finalmente, las exportaciones han experimentado las consecuencias de la caída espectacular de los precios internacionales a causa de la fuerte competencia existente en estos mercados, lo que ha venido a agravar aún más las cuentas de resultados de las empresas que habían hecho de la exportación un recurso creciente y bastante importante.
Para hacer frente a esta situación, las empresas integrales esperan desde hace meses la puesta en práctica del programa de saneamiento, que debería haber entrado en vigor en los primeros meses de este año, pero que podría demorarse incluso para la última de las fechas previstas, el mes de enero próximo, ya que su encaje aún no ha sido realizado ni siquiera a nivel presupuestario.
Pero con plan o sin él, las empresas parecen decididas a tomar medidas de austeridad a corto plazo. Medios del sector han señalado que la contención salarial a medio plazo es inevitable y que las empresas van a proponer para el año próximo una congelación salarial total y aumentos del 4% para los dos años siguientes.
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