Damasco ataca por vez primera oficialmente al regimen de Bagdad
La violencia de los ataques sirios contra Irak -inmediatamente después de la firma del tratado de amistad y cooperación sirio-soviético- pone de relieve la rápida degradación de la situación en Oriente Próximo.Los observadores árabes señalan que Siria ha abandonado su actitud de prudente observación para atacar, por primera vez oficialmente, al régimen iraqui.
El sábado por la noche, la agencia de Prensa siria Sana difundió un comentario oficial poniendo en tela de juicio la legitimidad de las reivindicaciones territoriales iraquíes y pidiendo a la Liga Arabe que abra una investigación sobre las pretensiones de Irak.
Ningún país árabe se había atrevido, hasta ahora, a poner en tela de juicio las reivindicaciones territoriales iraquíes. Incluso el presidente iraní, Banisadr, admitió, en una entrevista publicada el sábado por el semanario francés Le Nouvel Observateur, que estas tierras podrían ser objeto de negociaciones.
Sana acusó personalmente al presidente iraquí, Saddam Hussein, de haber llegado al poder gracias al método del asesinato.
Los observadores en Beirut señalan que fue al día siguiente de la firma del tratado sirio-soviético cuando el coronel Gadafi, hasta ahora líder incondicional del arabismo, se declaró oficialmente favorable a Irán.
De esta declaración de Gadafl se deduce que la unión sirio-libia es efectiva en el terreno político, y que, por otra parte, el tratado sirio-soviético otorga a Siria la suficiente protección para que no tenga ya miedo de Irak ni de sus amigos árabes. La URSS corre en este caso el riesgo de ser desbordada por sus protegidos árabes. El comentario oficial de Sana concluye, sin embargo, afirmando que Siria «sólo intervendrá en la batalla si la batalla le es impuesta».
Por su parte, la federación general de sindicatos obreros iraquíes hizo el domingo un llamamiento, pidiendo a «todos los proletarios sirios» que «cumplan con su deber nacional poniendo un punto final a la acción del régimen de Hafez el Assad, a favor de Irán».
Bagdad ha acusado a Damasco de «enviar tropas, armas, municiones y piezas de recambio para consolidar el orden racista de los persas».
