Muñoz debe ser oído
El Comité de Competición ha aplicado al pie de la letra el reglamento para sancionar a Miguel Muñoz. Desde el punto de vista de la letra, la sanción es justa. Desde el punto de vista del espíritu, es exagerada si se tienen en cuenta el aspecto comparativo de otro tipo de vulneraciones del reglamento y, por tanto, de su aplicación.Miguel Muñoz dice que no insultó gravemente al árbitro, y como el Comité de Competición únicamente ha oído a la parte supuestamente ofendida, cualquiera está en el derecho de tomar parte por Muñoz. El comité no ha mantenido el careo entre los protagonistas, porque es costumbre sancionar primero y estudiar después un posible recurso. Aunque cueste aceptar esta aberración, hay que hacerlo, porque solamente de la forma actual es posible disputar el campeonato. La fórmula de los tribunales ordinarios es inaplicable en el deporte. La demora de la aplicación de sanciones en el fútbol produciría una picaresca más.
El estilo de Miguel Muñoz, constatado en una larga vida profesional, no ha sido nunca el que señala el acta del señor Condón, árbitro del encuentro, que obró a instancias de un juez de línea. Si Muñoz pronunció alguna palabra altisonante, difícilmente podría considerarse un insulto, porque el árbitro no lo oyó. Cuando alguien quiere injuriar, lo hace en corto y por derecho.
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