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A Santamaría le falta un conductor de juego

ENVIADO ESPECIAL La era Santamaría no se inició con un jubileo, pero sí se consiguió el empate. Tras un comienzo esperanzador, Hungría se recuperó y aprovechó dos despistes defensivos para aventajar a España. Posteriormente, y con fortuna, se logró el empate. La primera experiencia de Santamaría evidenció un hecho importante: falta un conductor del equipo.

El encuentro resultó desvaído. Ninguna de las dos selecciones pasó de discreta. Ninguno de los dos equipos realizó jugadas brillantes. Ninguno de los dos exhibió un patrón de juego definido. Es pronto para pedirle a Santamaría que tenga un equipo armado. Pero es el momento para reconocer que dé cara al Mundial no sólo hace falta un trabajo seno, que, sin duda, realizará el actual seleccionador -se equivoque, o no-, sino que además el relevo de los grandes veteranos, si es que se produce definitivamente, costará muchos disgustos.

A España le faltó en Budapest fundamentalmente un director, un hombre sobre el que recayera la misión de dar coherencia a la obra que se representaba. Zamora, en la Eurocopa, alcanzó prestigio internacional, pero todavía no se ha convencido de que puede ser el hombre de la batuta. También es posible que Zamora no tenga capacidad psicológica para desempeñar tal misión, y ello obligará a buscar al director lo antes posible.

Luchó el centro del campo español, pero le faltó una punta de velocidad en la improvisación de lajugada. En ocasiones, sobre todoen el primer tiempo, se logró el coritraataque, que, desgraciadamente, no se transformó en mayor número de goles por falta de temple en el instante decisivo, como fue en los casos concretos de Satrústegui y Morán, que no aprovecharon dos ocasiones pintiparadas.

La falta de temple provocó también un buen número de pases al contrario. La escasa precisión provocó no sólo el corte de la jugada que se iniciaba, sino también la posibilidad del contragolpe húngaro.

España jugó más sacrificadamente que Hungría, porque tan sólo Morán mientras estuvo en el campo y después Dani estuvieron liberados de la misión de retroceder en persecución de su par. Cuando Hungría atacó, España montó una defensiva muy poblada, pero, por contra, no supo sacar ventaja en los contragolpes. En éstos se encontró con una selección húngara con notable lentitud en el cierre de sus líneas. Nunca jamás tendrá España una ocasión tan clara de ganar en Budapest como la de ayer. Hungría, efectivamente, atraviesa un notable bache. Sus figuras son escasas y quedan reducidas al lesionado Torocsik, que ayer no pudo jugar, y al centrocampista Nyilasi, a quien resultó difícil marcar, a pesar de que en esa misión se desdoblaron Joaquín y Zarnora.

El equipo español tuvo dificultades defensivas. El tándem Migueli y Alexanco no fue lo eficaz que cabía esperar. Afortunadamente, el ex bilbaíno fue mejorando en la segunda mitad y ello le posibilitó incluso algún que otro avance hacia el marco contrario. Celayeta tuvo problemas para sujetar a Poloskei, que sustituyó al homenajeado Naji.

Por lo que respecta a los nuevos de la selección hay que decir que Alonso batalló al estilo que viene haciéndolo en la Real Sociedad. Su actuación fue discreta y quizá en el futuro pueda ir a más. Joaquín perdió la frialdad en algunos minutos y fue cuando logró entrar en ayuda de los delanteros por la banda derecha. Su actuación fue entonada, aunque sin resultar brillante. El bético Morán llegó a pasar casi inadvertido en la mayor parte de los minutos que estuvo en juego. A Morán habrá que verle de nuevo para poder definir su futuro en la selección. Porque es frecuente que jugadores que en su club alcanzan un nivel de juego notable bajan muchos enteros cuando lo hacen con el equipo nacional.

La entrada de Dani dio más movilidad al equipo, porque con su habitual picardía puso alguna chispa en eljuego. Juanito realizó una labor bastante eficaz, pero como viene siendo habitual en él se metió con cierta frecuencia en la línea de centrocam pistas. De todas maneras realizó lasjugadas más inteligentes del encuentro.

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