"Si un Sindicato no es independiente no defenderá los intereses de los trabajadores"
Marcel Pepin es presidente de la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), organización que agrupa a cerca de noventa centrales sindicales de países de Europa, América, Asia y Africa, entre ellas la española USO. Marcel Pepin, acompañado del secretario general adjunto de la confederación para Europa, Gerard Fonteneau, ha visitado España invitado por la Unión Sindical Obrera y, como él mismo aclaró, «desde luego, no con la intención de sustituir a los sindicatos españoles ni suplantarlos».Pregunta. ¿Cuáles son los problemas que, a nivel mundial, presenta el sindicalismo actual?
Marcel Pepin. El primer problema es la dificultad de sindicar a los trabajadores, sobre todo en los países del Tercer Mundo. Dificultad que se debe, fundamentalmente, a la política regresiva que en este sentido se lleva en esos países. El movimiento sindical, en esas circunstancias, se mueve en la clandestinidad, y en otros casos, cuando se ha conseguido implantar, un golpe de Estado, como ha ocurrido en Bolivia, destruye todo lo hecho y hay que volver a empezar de nuevo. Esta situación de clandestinidad y dificultades se da tanto en América Latina como en Asia o Africa.
Sin embargo, todo ello tiene unas razones más profundas: en la medida en que no existe un sindicalismo independiente y autónomo, los Gobiernos aprovechan para imponer sus criterios sindicales y reprimir a los trabajadores.
Gerard Fonteneau. En Europa los problemas son distintos. Después de veinticinco años de desarrollismo, se está produciendo una serie de problemas sociales, como empleo, desigualdad regional, deterioro del poder adquisitivo, discriminación laboral de la mujer y de los jóvenes, etcétera, que están influyendo en la vida sindical. La solidaridad es más difícil entre distintas regiones o entre los jóvenes y los adultos, los sectores protegidos y en crisis. Y cada organización tiende a replegarse sobre sí misma, en su propio país, justo cuando se está dando una ínternacionalización del capitalismo y de la economía.
P. ¿Qué ha supuesto para el movimiento sindical el caso de Polonia?
M. P. El caso de Polonia reviste una importancia considerable. Desde los primeros movimientos reivindicativos, los obreros polacos no han perseguido mejoras económicas, aunque, lógicamente, no hayan renunciado a una compensación por el aumento del coste de vida. Lo que han perseguido, por encima de todo, ha sido la creación de sindicatos independientes, lo que ellos llaman sindicatos autogestionarios.
El caso polaco puede modificar las relaciones de fuerza en los países del Este y demostrar a otros la necesidad de sindicatos independientes. La CMT ha seguido atentamente los sucesos de Polonia, pero en ningún momento ha pretendido ocupar el puesto de los trabajadores. Por ello, nos hemos limitado a hacer público nuestro apoyo a las reivindicaciones obreras y a protestar por las detenciones. Próximamente, la CMT realizará una visita a Polonia con el único objeto de informarse de la situación y mostrar nuestra solidaridad con el movimiento obrero de aquel país. En ningún caso está entre nuestros objetivos el mezclarnos en sus asuntos internos.
P. A lo largo de esta conversación ha mencionado en distintas ocasiones la necesidad de que los sindicatos sean independientes y autónomos. ¿Piensa usted que es la única salida de los sindicatos?
M. P. No sólo pienso que es necesaria la independencia en los sindicatos, sino que cuando ésta no se da estoy convencido de que, tarde o temprano, se producen explosiones. Si un sindicato depende de un partido o del Gobierno, no puede defender los intereses de los trabajadores, dejando en segundo término los de su propio partido. Cuando la divergencia de intereses entre partido y sindicato se acentúa, se producen las tensiones y la ruptura. Naturalmente, para un sindicato es más fácil seguir una línea vinculada al partido que ser absolutamente independiente y autónomo, teniendo que luchar por su independencia y contra los que quieren eliminarlo. La tesis de la CMT es mantenerse no alineados, lo que no significa que no se asuman las reivindicaciones que se crean justas.
P. En este contexto, ¿qué opinión tiene de los sindicatos españoles, dos de los cuales tienen vínculos muy estrechos con los dos partidos más importantes de la oposición?
M. P. En principio no nos gusta hablar en contra de otras organizaciones sindicales ni hemos venido a España a decir que nosotros somos perfectos y los demás no. He tenido ocasión de conocer a la USO a diferentes niveles y creo. que esta central intenta llevar adelante una lucha por la defensa de un sindicalismo autónomo e independiente. La USO ocupa un espacio real en España, pero tiene que defenderlo contra las otras fuerzas sindicales. Las próximas elecciones sindicales son de gran importancia para este sindicato, pero tampoco hay que pensar que su futuro depende exclusivamente de ellas. La USO tendrá que seguir luchando para sacar adelante el sindicalismo que propugna. Por lo que sabemos, los otros sindicatos no creo que tengan la independencia de la USO.
G. F. En España, como en otros países del sur de Europa donde ha habido una dictadura -Grecia y Portugal-, existen grandes dificultades para el sindicalismo. Se da una politización extrema del movimiento sindical, que acabará por debilitar mucho más a los sindicatos. El fascismo ha dejado una huella muy profunda en la mentalidad tanto individual como colectiva. P. En varias ocasiones se ha hablado de un desencanto de los trabajadores por las organizaciones sindicales, al menos en España. ¿La situación es semejante en oiros países?
M. P. Esa situación se da, pero creo que de forma diferente. Y me pregunto si esta falta de afiliación no se producirá por la politización de los sindicatos, por culpa de los propios partidos. La crisis económica general hace que los trabajadores se planteen si sus organizaciones sindicales dan respuesta a sus problemas. El trabajo de los sindicatos es demostrar a los trabajadores la necesidad de organizarse.
P. Además de la CMT, existen otras dos grandes organizaciones a nivel mundial: la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), de tendencia socialista, y la Federación Sindical -Mundial (FSM), de inspiración comunista. ¿Qué relaciones mantiene la CMT con estas organizaciones?
M. P. Con la CIOSL mantenemos frecuentes contactos, aunque no siempre con los resultados que desearíamos alcanzar. Nuestra colaboración se produce, sobre todo, en acciones muy concretas en las que confluyen intereses comunes. Respecto a la FSM no existe ese tipo de relaciones, aunque se pro dujo un encuentro entre los dos se cretariados. La FSM está domina da por Moscú y no es fácil colaborar juntos, a menos que el bloque soviético esté de acuerdo. No obstante, siempre hemos procura do mantener una puerta abierta entre ambas organizaciones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.