Sólo
si el presidente Sandro Pertini firmara la gracia, la actriz Sofía Loren, monumento nacional italiano, no entraría en la cárcel romana de Rebibbia para sufrir una condena de un mes de reclusión y un millón de pesetas de multa. Se trata de un problema fiscal. El consejero legal de la famosa actriz le aconsejó, en 1963, que no pagara en Italia porque era una italiana que trabajaba en el extranjero y pagaba allí su contribución, y cuando en 1973 una ley pidió que quienes no se sintiesen en paz con la justicia fiscal pidieran una especie de amnistía a través de una especie de diálogo con el fisco, su abogado no se preocupó de que la Loren abriese su corazón al Ministerio italiano de Hacienda con una buena confesión general. La penitencia hubiera sido entonces muy pequeña, pero ahora es demasiado tarde. Todas las apelaciones han sido inútiles y hasta el último tribunal ha condenado a la actriz. Ya no hay márgenes para ninguna apelación, y queda sólo la tenue esperanza de que el anciano y amado presidente de la República italiana, interpretando el deseo secreto de tantos italianos, firme la gracia para evitar a Sofía Loren el bochorno de entrar en la cárcel con prostitutas y malhechores. Sería, afirmaban ayer algunos periódicos, un «escándalo nacional» y un «desprestigio mundial». Se asegura que Sofía está descompuesta, amargada, deshecha, y, con un gesto de gran magnanimidad, ha asegurado que si Pertini no la agraciara se presentará en Italia a la justicia. Quien no podrá acompañarla es su marido, Carlo Ponti, porque en cuanto ponga un pie en Italia, a él sí que no le salva ni Pertini. Precisamente dentro de un mes empezará el proceso de segunda instancia contra él después de haber sido ya condenado en primer grado a cuatro años de cárcel y a 2.200 millones de pesetas de multa por exportación ilegal de dinero. En la cárcel de Rebibbia, en Roma, existe gran agitación entre los presos, y ellos aseguran que prefieren que vaya a la cárcel Sofía que su marido Carlo. No es simpatía al marido: es adoración por la guapa y simpática actriz, «un honor para nosotros», han dicho.
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