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Cuatro partidos gallegos, dispuestos a negociar con UCD

El Partido Comunista de Galicia decidió participar en la negociación del Estatuto que ha sido solicitada por UCD, aunque dejando bien claro que «no tomará parte en ninguna negociación en la que no se parta de la base de redactar, previamente al referéndum, un nuevo texto estatutario». Después de la decisión de los comunistas, son ya cuatro los partidos dispuestos a negociar con UCD el Estatuto; anteriormente se pronunciaron favorablemente PSOE, AP y el Partido Galleguista.

Para los comunistas, el anteproyecto de Estatuto debe ser devuelto a la Comisión Constitucional, «con el fin de redactar un nuevo texto que contenga la rectificación de aquellos aspectos que lo caracterizan como antidemocrático, caciquil y discriminatorio respecto a los estatutos vasco y catalán». Paralelamente, piden que se proceda a una reforma de la ley orgánica de Modalidades de Referéndum, con el fin de reiniciar, en plazo breve, el proceso autonómico gallego.De todas maneras, Miguel Sanmartín, secretario general de UCD, declaró ayer a EL PAÍS su optimismo y esperanza «de conseguir muy pronto un acuerdo eficaz para todos». Calificó muy positivamente el eco obtenido por la invitación promovida por su partido para iniciar esta negociación, y anunció que, «a partir de ahora, el debate es muy probable que sea muy breve y que transcurra muy rápidamente, porque, en realidad, todos sabemos ya lo que queremos». En su opinión, «esta rapidez es incluso buena y deseable para que no se produzcan las presiones externas que siempre aparecen al tratar una cuestión como ésta y que casi nunca favorecen el normal desarrollo del debate».

UCD va a convocar a los partidos que aceptaron su propuesta para tener con ellos una reunión el próxi mo sábado, a las 11 de la mañana, en Santiago, de la que se espera que salgan ya puntos de vista definitivos.

El caballo inicial de la batalla negociadora va a consistir en la solicitada supresión de la transitoria tercera, sobre la que no pasa ninguno de los partidos llamados al debate y ni siquiera la misma UCD gallega se muestra muy orgullosa de que figure en el anteproyecto. Pero, aun en el supuesto de que al fin fuera despejado este obstáculo, quedarían otros puntos de fricción notables, como pueden ser las competencias de las diputaciones, el porcentaje de votación o el número de parlamentarlos gallegos.

Una cuestión peliaguda radicará en la puesta de acuerdo sobre los mecanismos jurídicos con los que reformar el actual texto, en el caso de que la fórmula de interpretación del articulado no sea aceptada, como puede suceder a la vista de las previsiones.

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