Comportamiento cívico
Después de leer la carta de Luis Angel Martín Enseñar a los extranjeros, de EL PAIS del pasado 26 de agosto, me veo obligado a contestar.Soy un alemán con domicilio en Berlín Occidental y casado con una madrileña desde hace once años, ahora de vacaciones en España.
Del accidente al que se refiere el señor Martín, claro que no se puede decir nada sin conocer detalles. Lo que sí se puede decir en general es que en España hay mucha menQs disciplina en el tráfico que, por ejemplo, en Alemania. Incluso mis hijos, de diez y cinco años, dicen que en España parece que muchos conductores no conocen el significado de los colores de los semáforos. También tengo que decir que hace años tuve un accidente aquí, siendo yo el culpable, y la gente se portó conmigo de maravilla, incluso los policías.
Claro que hay alemanes con mala educación, pero este tipo de personas se encuentran en todos los países. Puede ser que el individuo al que hace referencia el señor Martín se portara muy mal, pero eso de gritar e insultar en seguida no es nada específico alemán.
Lo que más ridículo me parece de la carta es que «nos destrocen el país». Si las zonas turísticas de este país están destrozadas es porque España quería aumentar el turismo cada año. Porque, ¿quién ha hecho esas torres tan horrorosas en Benidorm, Costa Brava, etcétera? Desde luego no han sido ni los alemanes ni los demás turistas.
De lo que estoy seguro es de que «tirar los restos de latas de sardinas» es algo que no hemos aprendido de la mayoría de los españoles, y nunca lo aprenderemos. Mientras personas como el señor Martín sigan siendo minoría en este país, yo, y muchos alemanes, seguiremos viniendo a España./
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