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El juez ordenará la exhumación del cadáver de Noemí Gianotti

El caso en torno a la súbdita argentina Noemí Gianotti de Molfino, secuestrada en Perú el pasado 10 de junio y encontrada muerta, según informó la policía española, en un apartamento de la madrileña calle del Tutor el 21 de julio, se está convirtiendo en uno de los más espectaculares, complicados sucesos de los últimos años en España.Cuando se cumple un mes del hallazgo del cadáver en Madrid, el caso Molfino, que ha adquirido dimensiones internacionales, va a entrar en una nueva etapa: el cuerpo enterrado en Madrid a nombre de la súbdita argentina va a ser exhumado probablemente la próxima semana, a instancias del juez, para comprobar, ante ciertas dudas, si corresponde a la identidad de Noemí Gianotti, según comunicó a EL PAIS el abogado y diputado socialista Pablo Castellano, uno de los encargados del caso.

Un alto funcionario de la policía española manifestó ayer, por su parte, que aquélla está convencida, tras haber examinado las pruebas enviadas por la policía argentina, de que el cadáver hallado en el apartamento de la calle del Tutor corresponde al de Noemí Gianotti.

La historia del caso Molfino es breve pero complicada: Noemí Gianotti, madre de un preso político argentino y esposa de otro ya muerto en prisión, fue raptada el 10 de junio pasado en Lima (Perú) -donde se encontraba buscando mediación para la libertad de su hijo- por unos desconocidos. Noemí Gianotti fue secuestrada en su domicilio horas después de que fracasara un primer intento de rapto, dirigido por las mismas personas, en plena calle.

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La autopsia practicada a Noemí Gianotti fue incompleta, según Pablo Castellano

Viene de primera página

La policía peruana, que, al parecer, había detectado la presencia en su país de miembros del Servicio de Inteligencia argentino, dijo que los exiliados secuestrados o detenidos habían sido entregados a la policía boliviana. La presidenta de Bolivia en aquellas fechas, Lidia Gueiler, desmintió tal información y aseguró que el departamento de fronteras de su país no había registrado la entrada de ninguno de los argentinos exiliados.

Desde esa fecha, 10 de junio, Noemí Gianotti y Julio César Ramírez no dieron señales de vida. Sin embargo, según la policía española, Noemí Gianotti llega, en vuelo de la compañía brasileña Varig, al aeropuerto de Madrid-Barajas el 18 de julio, 38 días después de su secuestro en Lima, procedente de Brasil. Viajaba sola y utilizaba documentación bajo falsa identidad. A su llegada a Barajas era esperada por dos compatriotas suyos, que la acompañaron hasta el apartamento de Tutor, alquilado, por una semana, días antes, a nombre de Julio César Ramírez. Tres días después, la policía española descubrió el cadáver de la mujer, sin que se supiera más de las otras dos personas que la recibieron y la acompañaron al apartamento.

Identificación del cadáver

En opinión del abogado Pablo Castellano, que trabaja en el caso en compañía de varios miembros de la Comisión Argentina de Derechos Humanos (CADHU), el parte del forense sobre la muerte de Noemí Gianotti indica que el cadáver fue encontrado en avanzado estado de descomposición y que su fallecimiento fue a consecuencia de una insuficiencia cardiorespiratoria que podría estar provocada por causas exógenas.

«Esto», según Castellano, «dio lugar a que en la autopsia se hiciera un análisis de vísceras. Pero ese análisis yo lo considero insuficiente, porque se hizo solamente sobre tres productos mortíferos: cianuro, arsénico y monóxido de carbono. No obstante, yo solicité que no se destruyeran las vísceras, que se encuentran depositadas en el Instituto de Toxicología».

El cadáver de Noemí Gianotti fue enterrado en Madrid el día 24 de julio, tres días después de ser hallado y cinco, según la práctica forense, después de su muerte. La identificación la llevó a cabo la policía española a través de la Interpol. Según fuentes policiales, junto al cadáver aparecieron cuatro documentos de nacionalidad argentina: dos pasaportes y dos cédulas de identidad.

Los dos pasaportes estaban, respectivamente, a nombre de María de¡ Carmen Salcedo y María de¡ Carmen Sáenz. Las cédulas de identidad lo eran a nombre de Noemí Esther Gianotti de Molfino y de María del Carmen Sáenz. La súbdita argentina utilizó, para entrar en Barajas, el pasaporte a nombre de María del Carmen Sáenz, y en la tarjeta de viajeros, que se suele rellenar antes de tomar tierra, utilizó estos datos, aunque, quizá equivocadamente, puso como edad 76 años en vez de los 46 que rezaba en el pasaporte. La fecha de nacimiento registrada en el pasaporte falso utilizado era 20 de julio de 1933.

Estos cuatro documentos hicieron sospechar a la policía de que pudiera tratarse de una persona con identidad falsa y se puso en contacto, a través de la Interpol, con la policía argentina.

Interpol de Madrid se dirigió, por carta, a Interpol de Buenos Aires (la comunicación fue enviada por valija diplomática y fue depositada previamente en la Embajada argentina en Madrid), el 24 de julio, solicitando información de la fallecida. La carta contenía fotocopias de. todos los documentos hallados junto al cadáver y una ficha con las huellas necrodactilares de la fallecida. Al día siguiente, la policía española se puso en contacto, por radio, con la Interpol de Buenos Aires para confirmar la llegada de la valija.

El 15 de agosto, la policía de Buenos Aires envía un amplio informe con las impresiones digitales de Noemí Gianotti, así como dos historiales: uno carcelario y otro policial, bajo el epígrafe general de Prontuario.

La policía española, tras los documentos facilitados por la policía argentina y previas comprobaciones, llegó a la conclusión de que el cadáver hallado en la calle de Tutor pertenecía a Noemí Gianotti, extremo este que una alta fuente policial confirmó de nuevo ayer.

Los hijos, en Madrid

Sin embargo, todos estos datos policiales no llegan a convencer a la amplia colonia de exiliados argentinos que hay en Madrid, que ven detrás del caso una participación directa del Gobierno de Videla, que podría «haber engañado a la Judicatura y a la policía española remitiendo datos falsos (huellas dactilares) sobre la fallecida».

Esto ha dado pie a que los abogados que llevan el caso, entre ellos el diputado socialista Pablo Castellano, estén dispuestos a que se exhume el cadáver y a comprobar si efectivamente se trata de Noemí Gianotti. «El juez», indica Castellano, «ha abierto sumario y está dispuesto a que se proceda a la exhumación del cadáver para comprobar si la fallecida es la señora de Molfino».

Esta mañana tienen previsto acudir al Juzgado número 4 de Madrid dos de los hijos de Noemí Gianotti, Gustavo y Alejandra, que se encuentran en España con objeto de averiguar qué le ha ocurrido a su madre.

Alejandra Gianotti estuvo recientemente en Madrid interesándose por el fallecimiento de su madre. El juez le mostró varias fotografías de¡ cadáver, pero ella, en contra de alguna versión, dijo que no podía afirmar por las fotografías que se tratara de su madre.

Pablo Castellano coincide con las apreciaciones de Alejandra Gianotti al decir: «Yo he visto las fotografías de la señora muerta, pero, por su avanzado estado de descomposición, no podría certificar ante otra fotografía en vivo que se tratara de una misma persona».

Al diputado socialista, sin embargo, le llama poderosamente la atención que sea un periódico argentino, Clarín, el primer medio que publique la muerte de esta persona (el 24 de julio, en su sección policial), fecha está en que la policía española envía a Buenos Aires los primeros datos solicitando la identidad de la fallecida.

Pablo Castellano no se atreve a afirmar que el cuerpo sepultado en Madrid sea el de Noemí Gianotti, y es uno de los principales interesados en la exhumación.

La Embajada argentina en Madrid mantiene un silencio total en torno al tema. Solamente se pronunció a principios de agosto, señalando que Noemí Gianotti falleció de muerte natural. EL PAIS intentó, sin conseguirlo, ponerse en contacto con el embajador, Jorge Washington Ferreira, que se encontraba en Málaga, con motivo de la llegada del buque-escuela argentino Libertad. El ministro consejero, Oscar Ricardo del Azar, dijo, al no encontrarse en Madrid el primero, que no podía hacer declaraciones.

Según fuentes diplomáticas españolas, el caso Molfino no ha pasado todavía por el Ministerio de Asuntos Exteriores porque es un caso eminentemente policial, aunque aseguraron que días pasados recibieron una protesta formal del embajador argentino sobre una información aparecida en un periódico madrileño en la que se culpaba a las autoridades de ese país de la muerte de Noemí Gianotti.

Realizaron esta información Fernando Orgambides, Julio César Iglesias e Ismael Fuente.

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