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El general Sáenz de Santamaría, partidario de acelerar las transferencias al Gobierno vasco

El general Antonio Sáenz de Santamaría, delegado especial para la Seguridad en el País Vasco, es partidario de acelerar la transferencia de competencias al Gobierno autonómico que preside Carlos Garaikoetxea para evitar al PNV una difícil situación ante su electorado, dentro de las medidas políticas que es preciso combinar con las policiales para la lucha contra el terrorismo, según afirmó en unas declaraciones a EL PAIS hechas el domingo en Luanco (Asturias), donde pasa unos días de descanso.

El general asturiano es contrario a la intervención del Ejército y a recurrir a los estados de excepción, «aunque lo verdaderamente difícil es dar la batalla a los terroristas dentro de la ley. En mi opinión esa batalla debe ser el resultado de la combinación de acciones políticas y policiales. Dentro de las primeras, el Gobierno central tiene que darse cuenta que el Gobierno autonómico vasco ha recibido escasas competencias. Se habla mucho de la ambigüedad del PNV, pero no se insiste tanto en que su situación es muy difícil en beneficio de ETA si no tiene las competencias suficientes para gobernar el País Vasco».«Yo comprendo que en Madrid», añade el general, «tienen que resolver muchos problemas a la vez. Por ejemplo, en el tema autonómico, están, además, sobre la mesa las transferencias a Cataluña y los conflictivos estatutos de Andalucía y Galicia. Yo me siento muy satisfecho de que Asturias haya emprendido una vía autonómica sensata y realista que podría servir para todo el país».

En cuanto a las medidas policiales, señala el delegado del Gobierno, «estamos potenciando los servicios de información y las actuaciones sobre objetivos selectivos. También se trabaja en el desarrollo de una acción psicológica entre la población, pero es precisamente en este terreno en el que se ha avanzado menos».

Durante la conversación, Sáenz de Santamaría evita cualquier juicio triunfalista sobre los resultados obtenidos desde su designación, en el pasado mes de febrero, para coordinar la lucha antiterrorista en Euskadi: «Se trata de una tarea dura, lenta y que presenta logros poco espectaculares. En lo que va de año hemos detenido a trescientas personas y veinte comandos. Por otra parte, si ETA actúa ah ora más que antes fuera del País Vasco es porque dentro encuentra mayores dificultades. De todas formas, no se puede ser triunfalista. Mientras ETA cuente con el apoyo del extranjero y de una parte del pueblo vasco, cada vez menor porque la juventud vasca pasa de la violencia, sigue siendo una organización peligrosa».

La solución está en que no mueran ni terroristas ni guardias civiles

Sin tratar de entrar en polémica con Fraga, el general Sáenz de Santamaría cree que la solución no está en que mueran más terroristas que guardias civiles, sino en que no mueran ni unos ni otros, y que los terroristas sean juzgado por los tribunales de justicia Tampoco comparte la opinión de quienes sostienen que con Franco el terrorismo tendría hoy menor virulencia. «El problema» afirma, «está en saber quién está detrás de ETA. Parece claro que los terroristas de los países mediterráneos no actúan por libre, ni de forma independiente. Hoy, la guerra convencional ha dado paso a la guerra subversiva, porque la nuclear supondría la destrucción total. Se ve con claridad meridiana que se pretende desestabilizar el occidente europeo a través del Mediterráneo, pero tampoco podemos caer en el error de que todo lo mueve el oro de Moscú. Unas veces la desestabilización interesará a unos, y otras veces, a otros. Además, en España el debate abierto sobre la entrada de España en la OTAN supone un aliciente adicional para las actuaciones terroristas».

En su opinión, «si Francia hubiese colaborado, la lucha anti-ETA estaría en vías de solución, pero ese país se inhibió para evitar problemas con los vasco-pro franceses. El Gobierno de Francia afirma que no permite actividades ¡legales en su territorio a los refugiados vascos, pero todo el mundo sabe que el impuesto revolucionario se paga en San Juan de Luz, y que nadie paga en España. El problema de la frontera es una dificultad tremenda».

Sáenz de Santamaría no tiene dudas sobre las vinculaciones entre ETAm y Herri Batasuna, y entre ETApm y Euskadiko Ezkerra. «Sería lo mismo», agrega «que negar las relaciones existentes entre los Guerrilleros de Cristo Rey y Fuerza Nueva». Califica de «imposible» la negociación. del Gobierno de Madrid con ETA, «porque esta organización actúa de forma compartimentada. Incluso han cambiado recientemente los sistemas de entrenamiento en el extranjero para reducir el alcance de las caídas. No se sabría con quién negociar y nadie podría dar garantías de cese de la lucha armada».

Las campañas pro amnistía y contra la central de Lemóniz responden, respectivamente, según el criterio del responsable de la Seguridad en el País Vasco, a la necesidad de ETA de repescar a los activistas veteranos, en los que tiene mayor confianza, actualmente en la cárcel, y a la intención de hundir la economía vasca, que tiene en la central nuclear de Lemóniz una de las escasas posibilidades de recuperación. La incorporación de Navarra a Euskadi no tiene sentido, en su opinión, porque «ni Navarra es Euskadi, ni los navarros quieren ser vascos. ETA busca en Navarra el territorio y la despensa que necesita».

Respecto de las actuaciones de la extrema derecha, asegura que ninguna persona bajo su mando tiene, que él sepa, relación alguna con ellas. «A veces llego a dudar si tales acciones no las realiza la propia ETA. Con frecuencia son protagonizadas por ultraderechistas de otras provincias».

Es partidario de que los miembros de las Fuerzas de Seguridad del Estado estén afincados en el País Vasco para que conozcan perfectamente el terreno y el problema a que se enfrentan, y cree que esas fuerzas son hoy tan estatutarias como lo serán en su día las policías autónomas. En fin, a este general asturiano, que no aceptó la cartera del Interior en la última remodelación del Gobierno Suárez, por continuar en el Ejército («donde me gusta estar, y además dando el callo»), le preocupa el sentimiento antivasquista que se extiende por otras provincias. «Es injusto», concluye, «identificar a los vascos con ETA».

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