Se extiende la contestación social en Polonia

Las huelgas, de marcado carácter político, continúan en Polonia, a pesar de la intervención del primer ministro, Edvard Babiuch, el viernes en televisión solicitando calma y recordando a sus compatriotas experiencias anteriores en otros países que terminaron bajo la invasión soviética.Los paros se han extendido a otras poblaciones polacas, dato relevado incluso por la agencia oficial de prensa Interpress. En Gdansk, cuyas comunicaciones están cortada! con la capital, Varsovia, precisamente por una huelga de los funcionarios de teléfonos, un obrero del astillero Lenin comentó al comunicársele la alocución de Babiuch: «¿Para qué escuchar necedades; la misma cantilena se la escuchamos a Jaroszewicz, ex primer ministro, en 1976, durante las huelgas de Ursus y Radom», y otro compañero añadió: «Es aquí donde tiene que estar Babiuch, con nosotros, discutiendo abiertamente».

Por su parte, la Prensa soviética guarda un absoluto silencio sobre los acontecimientos en Polonia. Ninguna mención al discurso de Babiuch y a los desórdenes sociales, que mantienen reunido al Buró Político del PC polaco ininterrumpidamente desde hace 48 horas.

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