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Los trabajadores polacos piden sindicatos libres

La crisis política y laboral en que está revuelta Polonia desde principios del pasado mes de julio tiene, desde la mañana del viernes, un nuevo capítulo con la huelga de los 17.000 trabajadores de las canteras navales de Gdansk, en el Báltico, que reclaman fundamentalmente libertades sindicales, introduciendo una clara reivindicación política a sus demandas.A pesar de que la dirección de la empresa y el partido, representado por su primer secretario en Gdansk, Tadeuzs Fiszbach, accedieron al aumento salarial solicitado de 1.200 a 2.000 zlotis, y la construcción de un monumento a los obreros caídos en las huelgas de 1970 (45 muertos), no contestó alas reivindicaciones laborales de establecer sindicatos independientes.

Precisamente, el primer secretario del Partido Obrero Unificado Polaco (POUP, comunista), Edvard Gierek, suspendió ayer sus vacaciones en la URSS para volver a Varsovia, donde tuvo lugar una reunión urgente del buró político del PC, que, al parecer, calificó la situación nacional de «muy grave».

Por su parte la Prensa la televisión polacas no han podido minimizar por más tiempo el clima de agitación que recorre todo el país. Mientras la televisión hacía llamadas a «la calma» y la necesidad de «plantear las reivindicaciones sin abandonar la producción», la Prensa informó que las huelgas de Gdansk eran secundadas en algunos barrios de Varsovia y en Lodz.

A, lo largo de todo el día de ayer, los miles de obreros en Gdansk siguieron las conversaciones a través de varios portavoces, que les tenían informados, al minuto, de las negociaciones. A la entrada de los diversos astilleros hubo piquetes y se colocaron numerosas pancartas alusivas a las reivindicaciones de los obreros.

Ana Walentynowicz, miembro del comité de huelga de Gdansk, despedida recientemente, declaró que «los huelguistas estamos decidididos a mantener nuestra actitud hasta que todas nuestras reivindicaciones sean atendidas». A las diversas entradas de los astilleros navales acudieron esposas, hijos y parientes de los huelguistas «para apoyarlos», declararon.

A media tarde de ayer, el primer ministro, Edvard Babluch, se dirigió a los huelguistas por televisión rogándoles calma y «garantizando,que el Gabinete hará lo posible para sacar al país de las dificultades económicas».

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Por otra parte, más de 5.000 personas se reunieron ayer en la plaza Victoria, de Varsovia, junto a la tumba del soldado desconocido, siguiendo la llamada del grupo disidente KOR, para homenajear la memoria de los soldados polacos caídos en la guerra contra la Unión Soviética, en 1920, que terminó con el triunfo de Polonia.

En ningún momento la policía intervino en la manifestación, que fue arengada por un disidente, junto a la tumba del soldado desconocido, a los gritos de «independencia y libertad», coreado por los manifestantes.

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