En la reunión de Zurich hubo seis revanchas olímpicas

El atletismo de alto nivel continúa su recorrido por las distintas ciudades europeas. Ayer recaló en Viareggio (Italia), y hoy lo hará en Lausana (Suiza). Sin embargo, el punto álgido dentro de las ausencias parciales en cada ocasión estuvo el miércoles en Zurich. Aunque faltaron muchas figuras que le hubiesen dado más cateogría e interés, las cerca de 30.000 personas que abarrotaron el Letzigrund (y dejaron unos treinta millones ole pesetas en las taquillas) vieron todo un espectáculo con seis revanchas olímpicas, al menos, y un récord del mundo, entre otros momentos de gran calidad.La soviética Tatiana Kazankina, con sus 3.52.5, que mejoran los 3.55.0 del 6 de julio en Moscú, no desentonaría en muchísimas pruebas masculinas. A sus veintinueve años, doble campeona olímpica de 800 y 1.500 metros en los Juegos de Montreal y vencedora también en el kilómetro y medio de Moscú, ha logrado un récord mundial de nivel absoluto Tan valioso como el masculino, que precisamente en Zurich rozó Sebastián Coe. En una prueba de magnífico nivel ganó con 3.32.2, a una décima de su plusmarca, compartida desde este año con su compatriota Ovett. Pero lo triste fue que tras él llegaron Scott (EE UU), 3.33.4, y Walker (Nueva Zelanda) -campeón en Montreal-, 3.33.5, grandes ausentes en Moscú.

En cualquier caso, otras pruebas sintomáticas para la comparación parcial fueron: 100 metros: Floyd (EE UU), derrotado por el campeón olímpico, Wells, en Colonia (10. 19 por 10.21). el día 10 se tomó una contundente revancha, con 10. 19 por 10.30, pese al viento desfavorable - 1,20 metros por segundo-, que incluso le impidió hacer me Ior marca. 200: Williams (EE UU), con 20.33, ganó a Quarrie (Jamaica), 20.60, bronce olímpico. 5.000: Wessinghage (RFA), con 13.20.93, venció al finlandés Maaninka, 13.22.74, también bronce en Moscú. 400 vallas: Moses, con 47.81, ganó su 49 prueba consecutiva. Como se suponía el subeampeón olímpico, el soviético Archipenko, fue «arrasado», y quedó sexto, con 50.40, superado también por los otros norteamericanos. Longitud: Larry Miricks, con 8,31 metros, venció a Paschek (RDA), 8,05, plata en Moscú con 8,2 1. Myricks tiene de mejor marca 8,52 desde la. Copa del Mundo de Montreal-79, superada por Dombrowski (RDA), que saltó 8,54 en la final olímpica. Martillo: Riehm (RFA), con 80,66 metros volvió a superar a otro soviético, Litvinov, igualmente plata en Moscú.

En 110 vallas sólo con sus compatriotas como rivales, Nehemiah hizo 13.21, dos centésimas, menos que su mejor marca del año. Wszola, en cambio, venció a Moegenburg en altura, 2,31 contra 2,27 y falló los tres intentos para superar el récord mundial, sobre 2,37.

La reunión de ayer en Viareggio produjo, en cambio, la gran sorpresa del triunfo de Pietro Mennea ante sus paisanos, con 10.32, sobre los norteamericanos Robertson (10.39) y el mismo Floyd (10.47). Mennea no pudo pasar de las semifinales en Moscú, aunque ganara los 200 metros a WeIss.

En otras pruebas, el nivel de participación fue ya muy inferior al de Zurich, pero aun así se pudo encontrar otro punto «revanchista» en peso. El norteamericano Al Feuebach, con 20,30 metros, se impuso al soviético Baryschnikov, que lanzó sólo 19,89, pero fue plata en Moscú con 21,08. Hoy, en Lausana, habrá más soviéticos en liza, pero no alemanes orientales, «curiosamente cansados desde Moscú.»

Colorado y Pujol, semifinalistas en Sittard

Las españolas Rosa Colorado y Montserrat Pujol se clasificaron para las semifinales del campeonato del mundo de 400 metros vallas, tras las series diputadas ayer en Sittard (Holanda). La corredora salmantina fue tercera en la suya, con 58.70 -su mejor marca es 58.37- y la catalana, cuarta, en otra, con 58.54 -posee el récord de España en 57.34 desde el pasado 14 de junio-. Se clasificaban las tres primeras de cada tanda y los cuatro mejores tiempos.

El nivel de marcas, de todas formas, fue muy bajo, con dominio de las atletas de la RDA, en ausencia de las soviéticas. En 3.000 metros lisos -donde no hay participación española- fue aún peor. La disculpa de la federación de la URSS, alegando enfermedades y lesiones de «todas» sus atletas, ha sido claramente una respuesta o «contraboicoteo». El Gobierno holandés se opuso a la participación en los Juegos Olímpicos de Moscú, aunque al final dejó libertad de acción al comité olímpico nacional, que sí acudió.