Casi un 100% de ocupación en las plazas turísticas de casas de labranza
Treinta y cuatro mil españoles están pasando sus vacaciones estivales en casas de labranza de 41 provincias diferentes, según un cálculo estadístico de la Secretaría de Estado para el Turismo, que recoge la agencia Efe. La masiva asistencia de ciudadanos a este tipo de turismo hace que la ocupación sea prácticamente del 100%, ya que, según cifras de Turismo, las plazas disponibles son 34.220. Con un presupuesto medio de mil pesetas diarias para un matrimonio con tres hijos, el turismo en casas de labranza, y su evidente auge, es, entre otras cosas, una alternativa a los elevados precios que se registran en las zonas tradicionalmente turísticas de nuestro país.
En 1967 se inició en España un programa de vacaciones en casas de labranza que, hasta hace dos años, era prácticamente desconocido. La asequibilidad de este tipo de vacación, unida al sistema más natural de descanso que ofrece, ha permitido un auge que este año ve su culminación. Este tipo de experiencias, iniciadas en 1948 en Estados Unidos, mediante el apoyo de la Farm and Ranch Vacations Guide, tiene una larga tradición en Inglaterra e Irlanda, donde se editan varias guías al respecto: Britain Caravan, Farm House Accomodation y Farm Hollidays in Ireland. La guía Vacaciones en casas de labranza, editada por la Secretaría de Estado para el Turismo, recoge todos los detalles relativos a las 9.250 casas de labranza acogidas al sistema de alquiler de habitaciones. Estas casas, repartidas entre cuatrocientas localidades de 41 provincias, ofrecen 34.220 camas y, junto con el sistema de camping, es quizá la red turística más completa que se puede encontrar.
Ayudas a los labradores
Desde el inicio del programa de vacaciones en casas de labranza, el antiguo Ministerio de Información y Turismo facilitaba subvenciones a fondo perdido a aquellos labradores que quisieran mejorar sus casas para incluirlas en el programa. Desde 1970, ese tipo de subvenciones fueron sustituidas por préstamos sin interés, con un plazo de amortización de seis años y una cantidad máxima de 150.000 pesetas por familia. El presupuesto de 1972 fue de veintisiete millones de pesetas y esa cantidad permaneció inalterable hasta ahora, en que el préstamo máximo a cada familia sigue siendo de 150.000 pesetas. Dado que las solicitudes de créditos aumenta cada año y el presupuesto sigue idéntico, se produce una selección que se basa fundamentalmente en la calidad del servicio que se pueda prestar a los turistas, no sólo desde el punto de vista de instalaciones, sino desde una óptica ambiental, es decir, se prefieren aquellas casas cuyos parajes sean especialmente significativos. No obstante, la suspicacia que levanta este tipo de selectividad hace necesaria la ampliación de ese presupuesto de veintisiete millones.Estudios realizados en Austria, donde el turismo en granjas es tradicional, señalan que un agricultor obtiene tanto beneficio con los ingresos producidos por el alquiler de una plaza en su casa como lo que le produciría la cosecha anual de una hectárea de terreno. La rentabilidad de este sistema para el agricultor en nuestro país parece ser alta, por el número de peticiones que se registran para acogerse al sistema, aunque no hay datos oficiales. Se sabe, sin embargo, que en 1974 se registró una ocupación media de 90,7 días al año y 2,16 personas por casa. Esa cifra parece ampliamente superada.
Los precios que se marcan en la guía española no son fijos, sino a discutir con el dueño. El precio establecido en esta guía es puramente orientativo y, en buena parte, depende de la fecha en que se quiera alquilar la habitación. El resto de la información facilitada por la guía, de la que se han editado 25.000 ejemplares a 150 pesetas cada uno, es exhaustiva sobre los servicios que se ofrecen. La media por alojamiento es de doscientas pesetas cada persona, y pensión completa, entre quinientas y seiscientas pesetas.
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