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El Gobierno italiano atribuye al terrorismo fascista el atentado de Bolonia

Italia vivió ayer una intensa y emotiva jornada de repulsa contra el atentado que el pasado sábado causó la muerte de 75 personas, según datos oficiales, y 84 según estimaciones extraoficiales, y heridas a otras 109, diecisiete de las cuales se encuentran en gravísimo estado. Millones de trabajadores italianos, desde las grandes zonas industriales del Norte hasta las pequeñas ciudades del Sur, se lanzaron a las calles para gritar: «No más atentados; no más asesinatos; no más muertes inocentes». Las movilizaciones populares contra el atentado reunieron en las calles de Bolonia a más de 100.000 personas, que, portando numerosas banderas rojas, protestaban contra los terroristas.

La unánime repulsa del pueblo italiano, sin embargo, no arredra a los grupos extremistas a la hora de reivindicar la acción. En la loca guerra de comunicados, no sólo los NAR (Núcleos Armados Revolucionarios), neofascistas, se han responsabilizado de la matanza, sino que a ellos se han sumado los NAP (Núcleos Armados Proletarios), de extrema izquierda, y las Brigadas Rojas.Pero todos los indicios apuntan a los NAR como responsables de la matanza. Ayer, en un debate parlamentario que sobre el tema se desarrolló en el Senado italiano, el primer ministro, Francesco Cossiga, admitió oficialmente que la explosión de la estación de Bolonia era debida a un atentado de indudable paternidad neofascista.

Cossiga hubo de hacer frente a las críticas de la izquierda, que según las cuales las fuerzas del orden siempre han prestado más atención a la lucha contra los extremistas de izquierda que a la lucha contra los de derechas, y aseguró que el Gobierno hará todo lo posible para descubrir a los ejecutores y cerebros de esta matanza. Las únicas pistas con que cuenta la policía hasta el momento se refieren a dos personas que fueron vistas dejando una maleta en la sala de espera de la estación, minutos antes de que unos veinticinco kilos de trinitrotolueno y nitrato de amonio hicieran explosión en la estación de más tráfico de Italia.

Entre las víctimas del atentado se encuentran dos españoles, que sufren diversas heridas. Clemente Pizales, de veintinueve años de edad, se encuentra en estado grave, pero no desesperado, mientras que Martí Rabadán no sufre heridas de importancia y se espera que próximamente pueda regresar a España.

Páginas 2 y 3 Editorial en página 8

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