_
_
_
_

La izquierda desconfía de una alternativa radical para salir de la crisis

Intervinieron Fernando Claudín, Julio Rodríguez Aramberri, Jorge Martínez Reverte y Ludolfo Paramio, cuatro de lo ocho coautores del libro ¿Crisis de los partidos políticos?, y Pablo Castellano e Ignacio Sotelo, del Partido Socialista Obrero Español. Manuel Azcárate, del Partido Comunista de España, y Eugenio del Río, del Movimiento Comunista.Crisis de los partidos políticos? es un volumen centrado en la etapa de la transición política española, que recoge, entre otros aspectos, el protagonismo de los partidos en los últimos años, el fenómeno creciente de la abstención, el desencanto, el auge de los nacionalismos, la crisis de la juventud y el papel de las organizaciones extraparlamentarias.

¿ Crisis de los partidos políticos

? (Edición a cargo de Fernando Claudín). Fernando Claudín, J. R. Aramberri, Juan Muñoz, J. M. Reverte, Ludolfo Paramio, Eladio García, Pina López Gay y Angel Serrano. Dédalo Ediciones. Madrid 1980.

Más información
Razones éticas del radicalismo

FERNANDO CLAUDÍN

"La forma de partido no ha caducado

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

«Yo creo que nuestro propósito es analizar los problemas de la crisis en los partidos políticos, particularmente en los de la izquierda. A través de todo el libro se ve que el problema es muy complejo. Es decir, que no se pueden reducir los factores de la causa de la crisis de los partidos políticos porque no es un tema que se le exija mucha discusión y porque se manifiesta en toda una serie de datos que están sobre la mesa y que no es necesario enumerar». «El libro trata de analizar concretamente la crisis de los partidos tradicionales de izquierda y la inconexión con el proceso de la transición, porque, evidentemente' aunque exista toda una serie de factores en la crisis de estas organizaciones, que pueden ser comunes a España, Francia e Italia, la manera como se ha realizado esta transición incide de una forma específica en el modo de manifestarse la crisis de los partidos tradicionales de la izquierda española».

«En este sentido hay enfoques diversos. Uno, el de Julio Rodríguez Aramberri, que atribuye sobre todo esta crisis a la incapacidad de abordar los problemas evidentemente complejos que planteaba la transición a un temor, digamos de los poderes económicos o fácticos que ha hecho que los partidos de la izquierda retrocedan ante una serie de imperativos que les ha llevado a una política exclusivamente de Parlamento y a un consenso. Todo ello a espaldas del conocimiento de los grandes sectores populares».

«Un partido bisagra, o intermedio entre UCD y PSOE, que recogería toda una serie de elementos y de personalidades y figuras políticas que han quedado sueltas por ahí, cuya radicalidad empieza a ser dudosa, sería un partido que colmaría todas las medidas en lo que se refiere a ese estilo parlamentarista y correría el riesgo de venderse al mejor postor, de la izquierda o de la derecha, para poder juzgar un papel con arreglo a los intereses muy específicos de partido y no con arreglo a los intereses generales».

«Yo tengo serias dudas sobre ello, porque pienso que el problema que se trata de resolver es el de toda una serie de cuestiones que han planteado los movimientos sociales a partir de 1968 en diferentes países europeos».

«A mí me parece que, por la naturaleza misma de esos problemas, los agentes sociales que pueden plantearlos y abordarlos con eficacia son precisamente los componentes de ese movimiento social. Por toda una serie e razones derivadas de las condiciones en que se ha efectuado la transición y otras que están hoy también en crisis. La cuestión vital sería desarrollar esos movimientos sociales, que pueden ejercer una influencia muy positiva en los partidos tradicionales de izquierda».

«Los partidos políticos están en crisis, pero no una crisis que considere que la forma de partido haya caducado históricamente o sea necesario crear otros partidos».

JORGE MARTINEZ REVERTE

"Crisis de la idea de partido revolucionario"

«En esta especie de contraposición que se hace a veces entre la existencia de un partido radical y la de los partidos clásicos de izquierda es interesante señalar el carácter de no alternativa global a la sociedad que ofrece el primero. El Partido Radical aparece, en este sentido, como una especie de parche que viene a llenar un hueco que la izquierda no es capaz de llenar, caso de las reivindicaciones feministas o ecologistas que, en el mejor de los casos, suele adaptar, pero, normalmente, con gran oportunismo».

«En la crisis de los partido s políticos de izquierda influye no sólo la coyuntura española, que cuenta con hombres recién salidos de la clandestinidad y que aún no están preparados para una serie de misiones en la sociedad, sino también lo que se denomina la crisis de la idea del partido revolucionario».

«Es decir, la izquierda aún mantiene una serie de condicionamientos de una historia que indica que cada partido es el partido revolucionario, un partido que piensa en cambiar la sociedad y que se propone cambiarla con su propio modelo, y que se encuentra, de pronto, con una realidad que no se parece en nada a lo que esperaba.

Todo esto, entonces, produce un choque entre esta teoría, que todavía permanece en las cabezas de aquellos hombres de partido que piensan que la alternativa de su organización es la única y la mejor, y la realidad existente que los propios partidos no han sabido asumir, caso de las nuevas reivindicaciones sociales».

IGNACIO SOTELO

"Crisis del marxismo".

«Los partidos de izquierda tradicionales eran, en la primera fase de esta crisis, organizaciones que creían tener un conocimiento global de la evolución de la sociedad y una alternativa global para ella. Es decir, la crítica al capitalismo y el camino por el que se llegaba a la construcción del socialismo».

«Estos planteamientos globales han quedado cargados de problemas y cada vez tienen menos virtualidad. Entonces, la crisis de los partidos de izquierda está muy vinculada a la ideología global que lo sustentaban. O sea a la crisis del marxismo.

«El problema está en si la crisis es de los partidos políticos o del grupo concreto de ideología unitaria y global como movimiento de masas. Yo pienso que lo que ocurre es que los partidos se están transformando, de grupos que tienen una receta de análisis global de la sociedad, a verdaderos movimientos con políticas sectoriales y parciales».

«Por ello, este fenómeno nuevo que es la aparición de grupos sociales con reivindicaciones específicas, feministas, ecológicas, etcétera, es algo que también está sucediendo dentro de los partidos.

«Lo que yo creo que está en crisis es el tipo tradicional del partido de izquierda, que era el partido burocrático de masas con carácter leninista revolucionario o con carácter socialdemócrata, pero ambos burocratizados y centralizados».

«Es necesario, pues, un nuevo tipo de partido de izquierda que lleve consigo un grado mayor de descentralización y de participación de los distintos sectores interesados en una cuestión determinada. Hay que ir a una especie de sectorización que, si es recogida democráticamente por los partidos de izquierda de nuevo tipo, por llamarlos así, efectivamente lo que habrá es una nueva reestructuración de los partidos, pero no una crisis».

«Respecto al Partido Radical, creo que hay que distinguir los dos tipos. El que se ha planteado aquí como probable es el llamado partido bisagra. Este partido se plantea desde la imposibilidad de que exista un Gobierno de izquierda que sea capaz de hacer « esa transformación democrática del Estado. El partido radical bisagra. se presenta como posibilidad de ruptura de la derecha, no como ruptura de la izquierda, pero permitiéndose ser interlocutor entre la derecha y la izquierda».

«El otro partido radical, digamos de tipo italiano, es una contradicción en sí, porque recoge como objetivos elementos que son típicos de los llamados movimientos sociales y que, sin embargo, cae en todos los defectos de partido».

«Lo bueno que tiene un movimiento social es que se plantee como grupo de presión frente a los partidos para conseguir reivindicaciones sectoriales que pueden ser decisivas en un contexto determinado».

JULIO RODRIGUEZ ARAMBERRI

"Falta un modelo de sociedad"

«El análisis que ha hecho. Ignacio Sotelo me parece sumamente sugestivo. Sin embargo, creo que deja en la oscuridad algo que me parece importante de destacar, y que es que, si existe una crisis de los partidos, sin embargo no se analiza el hecho de que la crisis en España es una crisis profunda y específica».

«Mi idea, por tanto, es que hay algo de específico en la crisis de los partidos políticos de izquierda en España. Concretamente, en los dos grandes, PSOE y PCE, porque la derecha, efectivamente, está en crisis, pero yo creo que nos lleva una ventaja, y es que tiene claro cuál es el modelo de sociedad que quiere. Aunque no nos guste, lo tiene relativamente claro».

«La crisis nos coge, y esto sí que es uno de los grandes y terribles problemas de la izquierda, sin ese modelo de sociedad hacia el cual queremos caminar. Hoy hablamos todos de socialismo, y, sin embargo, cada día estamos más lejos de saber exactamente qué es lo que entendemos por eso».

«Los partidos de izquierda, al salir de la clandestinidad, se encuentran con que es necesario establecer un pacto con la derecha, a fin de construir ese Estado democrático moderno que se pedía. En este proceso de negociación, la izquierda ha ido cediendo, uno detrás de otro, elementos que eran extraordinariamente importantes».

«Durante la transición, el modelo de combinación entre democracia parlamentaria y democracia de base no se ha intentado nunca. Y para mí, este es el problema más serio que existe».

«Uno de los elementos del desencanto del que tanto se ha hablado durante los últimos tiempos ha sido el ir abandonando la izquierda española sus posturas sin dar una explicación clara del porqué lo hacía, y, desde luego, sin intentar dar una batalla, reduciendo todo sólo al Parlamento, que, para mí, es otro de los problemas graves de la transición».

«El Parlamento no ha sido tal, y se ha limitado a ser simplemente una caja de resonancia de cosas que ya estaban pactadas de antemano. Por tanto, no se puede acusar a estos partidos de parlamentaristas, sino al contrario: se puede decir que han sido los antiparlamentarios, puesto que, al no tomarse en serio el Parlamento, todo se ha convertido en eso que suele llamarse la política invisible. Las grandes decisiones realmente importantes se tomaban al margen de la tribuna pública».

« Personalmente no tengo ilusión ni esperanza en ese partido radical entre el PSOE y UCD. La operación en torno al partido bisagra la veo realmente difícil y complicada, y la actitud en el Parlamento de los que últimamente podrían constituirlo ha sido la de apoyar, sin duda alguna, los proyectos de UCD. Hasta cuándo, no lo sabemos, pero si algún día rompen, desconozco cuál será su fuerza electoral».

PABLO CASTELLANO

«Sindicato de funcionarios»

«Yo diría, en primer lugar, que no quiero hacer una generalización sobre la crisis de los partidos políticos, sino sobre la crisis de algunos partidos políticos. Hay una cosa que puede ser de perogrullo, que generalmente la gente no desprecia: habrá que preguntarse si existe alguna razón sobre el

La izquierda desconfía de una alternativa radical para salir de la crisis

abstencionismo de la opinión pública y el desencanto».«Yo creo que las hay muy serias, aparte de que exista una añoranza de lo que representaba en esos partidos de la izquierda la ruptura. El partido como formador de conciencia, el partido como formador de opinión y de denuncia, no existe».

«Estos partidos, que tenían que ser los partidos de la denuncia, los partidos de la autenticidad, han sido los partidos del encubrimiento, los partidos de la mixtificación, etcétera. Sobre todo hay un hecho fundamental, que la gente percibe, y que es que los partidos se han convertido en instituciones para sí, en que lo que importa es el partido como fin a sí mismo, y, dentro del partido, el proceso de burocratización, para que éste se convierta, en la mayoría de los casos, en un sindicato de funcionarios, perfectamente determinado y absolutamente desconexionado de la vida de la sociedad y que no interpreta ninguna de esas motivaciones de las que otros movimientos sociales tienen».

«El hecho de que una constitución se haya hecho en una confidencialidad absoluta, y que cada vez que hay una ley importante en este país se haya utilizado a los grupos parlamentarios y al propio Parlamento precisamente para lo contrario, es para ocultar que no participe la opinión pública de ninguna manera».

Yo no aceptaría como tesis que hay una crisis de los partidos políticos de izquierda, sino que diría que los dos grandes partidos de izquierda atraviesan una situación de crisis porque no han cumplido ninguno de los requisitos básicos de lo que una determinada opinión ciudadana estaba pidiendo».

EUGENIO DEL RIO

« Partido radical, operación oportunista»

«Hay un elemento del que no se ha hablado hasta ahora, que me parece bastante determinante de la situación actual. Me refiero a la disociación que es habitual en toda democracia parlamentaria entre el sistema político institucional y la sociedad, los movimientos sociales, la cultura, el mundo de las ideas... Creo que esto, en el Estado español, fue particularmente acusado y está actualmente muy agudizado por el modo mismo en que se realizó la transición».

«Los partidos tradicionales de la izquierda están en crisis y nadie lo discute. Destacaría como una causa importante el hecho de que han estado muy volcados a este sistema institucional, hasta el extremo de que han relegado a un segundo plano su actividad en los movimientos sociales, principalmente el movimiento obrero».

«Yo tengo serias dudas sobre la viabilidad de un partido radical centrista. Creo que el centrismo es el material político más abundante en el espectro actual, y me parece difícil inflarlo todavía más. El partido radical que trate de constituir un parche a la izquierda de los partidos de la izquierda tradicional me parece que es sólo la voluntad de algunos sectores de crear este partido».

«Distinguiría aquí, en todo caso, entre aquellos que tranquilamente esperan un partido que presente un cierto grado de eficacia a la izquierda de otros partidos entre los que, a mi juicio, están tratando de emprender una nueva operación oportunista, haciendo un muro de contención que tape las vías de agua de los partidos de izquierda tradicionales. Operación oportunista, por tanto, que me parece difícilmente defendible en el momento actual».MANUEL AZCARATE

« El partido radical no es respuesta»

«Yo quería decir, en primer lugar, que la expresión crisis de los partidos políticos puede resultar muy ambigua y muy confusa. Detrás de una misma palabra se está hablando de temas muy diferentes. Algunos son temas puntualmente históricos, otros son de crisis de civilización, y el resto, temas de países avanzados».

«Creo que hay, por un lado, un tema concreto, que es e análisis histórico del período de la transición en España, que está, sobre todo, reflejado en el trabajo de Aramberri. Yo creo que ese análisis, en mi opinión, aborda temas interesantes, pero desde la unilateralidad más bien de un panfleto político que de un estudio histórico».

«Yo no estoy de acuerdo con las críticas que se hacen al Partido Comunista de España, y al decir que no estoy de acuerdo no intento manifestar que el PCE lo haya hecho todo bien y que no haya cometido errores».

«Creo que la peor manera de ayudar a que se vean los errores de una fuerza. es exagerarlos, de tal forma que sea casi imposible apreciarlos. Pero, en fin, asumo que ha habido errores y seremos nosotros los que teridremos que analizarlos».

«La base del desencanto, en mi opinión, está en el abismo existente entre unas expectativas que el ciudadano tenía como demócrata, y una realidad tanto económico y social como a nivel de libertades políticas».

«Los partidos políticos no es que estén en crisis. Lo que hoy están en discusión es si ha terminado la etapa histórica de estos partidos. Esto ha traído consigo la aparición de movimientos sociales, para los que el partido en general no está preparado. Sin embargo, no creo que sea respuesta un partido radical come, grupo que asuma el feminismo, el ecologismo, etcétera, contrariamente a los demás. Sería más bien una operación política.»

LUDOLFO PARAMIO

"Crisis de los movimientos sociales"

«Yo estoy de acuerdo, aunque le extrañe, con Manuel Azcárate en algunas cuestiones. Sobre todo cuando afirma que la crítica a los partidos en el momento actual es fruto de un espejismo histórico».

«Hay ahora una especie de tendencia a sobrevalorar los nuevos movimientos sociales, en un momento en el que los movimientos sociales están también en crisis. Por ejemplo, el movimiento ecologista empieza a retroceder electoralmente, el movimiento feminista se encuentra pulverizado y los movimientos ciudadanos están en retroceso».

«El problema es, pues, que los partidos políticos no han asumido las reivindicaciones de los movimientos sociales emergentes con la rapidez que hubiera sido deseable. A consecuencia de ello, los movimientos sociales han entrado en crisis. y los partidos políticos han perdido credibilidad».

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_