¡Ingenuo de mí!
Yo creía que la noticia del 28 de julio iba a ser la muerte del exsha, pero no, todo ha sido tristemente distinto. Joaquín Garrigues Walker, el diputado-pelícano-Galinda, ha muerto. El maldito bazo, como decía en sus artículos, le atacó definitivamente. La verdad es que a partir de este momento ya no me importa ni del sha ni de Jomeini (¿le sobrevivirá más de dos meses?), ni de la sangre de san Pantaleón, ni de las otras noticias de un 28 de julio de triste recuerdo para todos.Muchas personalidades de todos los grupos y estamentos, en el funeral. Desde Santiago Carrillo al secretario de Alianza Popular Adolfo Suárez, en Perú, promete venir a España en cuanto pueda. Ahora le toca a Fernández Ordóñez lograr la esperanza de renovación en UCD y la democracia; que la esperanza no se pierda. No, Joaquín Garrigues ya no verá desde la tierra (¿el verdadero infierno?) todo el complicado juego de alianzas entre los partidos. En septiembre río estará, pero será imposible que su nombre se olvide como uno de los protagonistas más importantes de la transición y la democracia. .
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