Rono, triple "recordman" mundial de fondo, baja en Montreal y Moscú
Los Juegos Olímpicos no sólo están en su recta final, sino muy cerca ya de la línea de llegada. Ayer se celebró la antepenúltima jornada y la penúltima de atletismo. Unicamente diez títulos se dilucidaron: cuatro en lucha libre, tres en el «deporte rey» y uno, respectivamente, en yudo, esgrima, hockey sobre hierba femenino e hípica. Volvió a haber bajas sensibles en todos ellos, pero especialmente individualidades en atletismo, como el keniata Rono, triple recordman mundial (aunque fue ineritísima la actuación española en los 3.000 obstáculos), y, muchos equipos en esgrima, hockey e hípica.La espada de esgrima, que cerró el gran éxito francés en este deporte, tan tradicional suyo, pero en el que había venido a menos, echó en falta a la RFA y a Suiza, segunda y tercera, respectivamente, ti-as la URSS, en los últimos mundiales de Melbourne-79. El primer torneo femenino de hockey hierba lo ganó Zimbabue, la antigua Rodesia, que tenía cierta entidad -herencia británica- antes de ser apartada del concierto internacional por el apartheid. Pero su triunfo ha sido en una auténtica Espartakiada -como en hombres-, al no querer participar todos los clasificados por la federación internacional: RFA, Holanda, Argentina, Australia, Nueva Zelanda y Gran Bretaña. Por ello ganó una nueva medalla -aunque sólo de bronce- la URSS, que obtuvo otra de oro en la doma de hípica, tan devaluada como el concurso completo y el jumping, o salto de obstáculos.
En los dos deportes de lucha, ayer fue mucho más grave la ausencia de especialistas de libre que yudokas, pues el japonés de turno, Sahara, hubiese sido el de menos entidad de todas las categorías. En lucha faltaron precisamente el japonés Tamiyama, último campeón mundial en San Diego-79 en los 57 kilos; su compatriota Mizahara, subcampeón en los 68, y el norteamericano John Peterson, también segundo en los 82.
En atletismo, los puestos cuarto y quinto de los españoles Ramón y Sánchez Vargas en 3.000 metros obstáculos resultaron muy meritorios, pues las ausencias fueron «relativamente» señaladas. Faltó, eso sí, el recordman mundial keniata Henry Rono, 8.05.4 en 1978 -y ya ausente en Montreal-76-. No había vuelto a acercarse a ese nivel desde entonces, pero hubiese resultado enormemente interesante su presencia, como la de su hermano, Kiprotioh Rono, 8.20.2, en Stuttgart, el pasado 11 de julio. Otras ausencias de entidad: la de Scartezzini (Italia), el sorprendente vencedor en la última Copa de Europa, con 8.22.8, y más aún, las de los norteamericanos Marsh -8.15.7-, Brown -8.20.6- y Grigorek -8.21.4-, así como la del japonés Shintaku, 8.19.6, todos este año. Ya «pasado» parecía estar Karst (RFA), 8.22.9 el año 1979. Los españoles, en cualquíer caso, demostraron ayer estar al gran nivel y podríanlaber quedado en los mismos lugares sin boicoteo, salvo alguna sorpresa más, como el etíope Tura, tercero. Malinowski y Bayi eran inalcanzables.
En martillo, el ex recordman mundial alemán occidental Riehm difícilmente habría logrado el oro, pero sí una medalla rompiendo el «copo» soviético. Sus ochenta metros logrados en Valleherrnoso le avalaban. En cuanto a la longitud femenina, el nivel fue magnífico, y sólo la norteamericana Anderson, que consiguio recientemente saltar siete metros justos, podría haber intentado algo. Weigt y Schmidt (RFA), con 6,80 y 6,78, estaban casi al nis,el de las primeras ayer, la soviética Kolpakova, oro -que tenía acreditados 6,83-, o la germana occidental Wujak, plata (6,72).
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