España salió acomplejada ante la URSS
La selección española de baloncesto, que ha realizado un torneo olímpico superior a sus auténticas posibilidades, no supo jugar con alegría ante la URSS. Disputar la medalla de bronce era razón suficiente para salir a la cancha con una moral elevada. Sin embargo, sucedió todo lo contrario. España salió tan acomplejada ante la selección anfitriona, que ha roto todos los pronósticos, porque no es tan fuerte como se temía, que casi renunció al triunfo.Las razones del mal encuentro realizado habría que buscarlas quizá en esa sensación de impotencia que proporcionan los gigantes soviéticos a sus adversarios. Tácticamente, España se equivocó al querer jugar como en un encuentro cualquiera; es decir, se buscaban los bajos de la canasta para asegurar el tiro. Nadie se daba cuenta dentro de la cancha que tales acciones eran inviables, porque el tapón se producía siempre. Al cabo de varios minutos de intentos fallidos, con Tkachenko tapando todos los resquicios, los jugadores españoles «tiraron la toalla».
Hasta quince puntos llegaron a tener los soviéticos durante la primera mitad. Sólo cuando Tkachenko salió de la pista, porque ya tenía un par de personales, y Sergei Belov fue relevado pudo producirse una pequeña reacción hispana.
Ante aquella sensación de impotencia, Díaz-Miguel movió el banco, pero tampoco sirvió.
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