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La muerte de un luchador

( ... ) Ha sido la suya una lucha ejemplar contra la muerte. Quizá sea en los momentos más dificiles de su vida en los que un hombre demuestra con mayor claridad todos los valores, que encierra dentro de sí. Por eso, los últimos meses han sido para Joaquín Garrigues una constante prueba, una lucha casi diaria contra la muerte y el dolor, en la que el coraje y el valor han constituido una nota dominante y digna de toda admiración.Es triste que al final de esa lucha haya vencido la muerte. Es triste, sobre todo, porque era un hombre joven, un hombre del presente y para el futuro, en el que se encontraban depositadas no pocas expectativas. A pesar de su larga enfermedad, ha continuado teniendo un papel de primera importancia durante los últimos meses, hasta el punto de que en más de una ocasión la habitapión de la clínica en la que se ha visto obligado a pasar largas temporadas se ha convertido en poco menos que en sala de reunión política. Es un síntoma de su envidiable lucha, pero también un síntoma de su indudable protagonismo en la vida política española. (...).

Vaya, desde estas líneas, nuestro último adiós para este hombre que no se dejó ve ncer por el dolor de una difícil enfermedad, y que supo estar en la brecha política hasta el último momerito. La España del presente ha perdido un hombre preparado, y la del futuro, una esperanza, pero ahí queda esa gran lección de espíritu de lucha que tan ejemplarmente ha sabido legarnos Joaquín Garrigues Walker.

29 de julio

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