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Reportaje:

El Puebla mexicano compra "la mística" de Pirri

El Puebla, equipo de fútbol mexicano de Primera División, de nivel modesto, logró convencer con una fabulosa oferta económica a Pirri para que éste marche por dos años al fútbol azteca. La idea del Puebla es la de llevar «la mística y el espíritu madridista» del veterano y célebre jugador, para impulsar el fútbol de este país. Cuarenta y ocho millones de pesetas, al cambio, por dos años; un rancho, a 108 kilómetros de la capital mexicana, coche, la seguridad para Pirri de continuar sus estudios de medicina -«volveré al Madrid como médico»- y la solvencia de un colegio para sus hijos son razones suficientes para que el Madrid pierda a su «símbolo» de diecisiete años.

El fútbol español se quedó ayer sin mitos. lríbar, el Chopo, ya dio esta temporada su agur, su adiós definitivo a la meta del Athlétic. Pirri, que tenía firmado un nuevo contrato con el Madrid y que precisamente ayer debía iniciar su decimoséptima temporada con el club blanco, rescindió el compromiso y aceptó la ventajosa oferta mexicana. El Madrid ciertamente ayudó lo suyo a que la operación se concretara dando todo tipo de facilidades y asegurando también el cobro de tan importante cantidad. «Se trata de Pirri», dijo el presidente De Carlos, «una persona que en su escala, puede compararse con el irrepetible Santiago Bernabéu. Yo lo único que le deseo es que tenga la misma suerte que en su matrimonio».Y es que, ya se sabe, en la vida de cada hombre importante -Pirri evidentemente lo es en su faceta- siempre hay una mujer. En este caso, Sonia Bruno, ex actriz, presente también en la sala de trofeos del club madridista, donde se dio carácter de oficialidad al fichaje de Pirri por el Puebla. De Carlos elogió ampliamente la figura femenina de Sonia: «Ha sido otro de los grandes aciertos de Pirri», y el jugador insistía una y otra vez: «Hace cuatro años tuve una importante oferta del Cosmos neoyorkino. Entonces no la acepté. Y puedo asegurar que ni por todo el oro del mundo hubiese ido a México sin la certeza de poder continuar mi carrera de medicina -comienzo el cuarto curso- y sin la garantía de un colegio adecuado para mis hijos, aunque lógicamente el fondo esencial de una oferta así es el dinero, claro, y por ello he aceptado».

La figura de Pirri a lo largo de sus diecisiete años en el Madrid sobrepasó ya lo meramente deportivo. Se había convertido en el símbolo del club, por su conocido pundonor. «Fuera del Bernabéu», dijo De Carlos, «le humillan a todos menos a él». Es el único jugador que tiene la laureada del club, como premio a su actuación en un partido, en la temporada 1968-1969, que jugó con fiebres tifoideas y con la clavícula rota a poco de iniciarse el juego. Fuera del terreno de juego, baste señalar su convocatoria, hace unas fechas, a una cena con el presidente Suárez con otros destacados deportistas, y su entrevista, hace una semana, con un ministro del actual Gabinete, junto con otros tres representantes de los futbolistas españoles, sobre temas relacionados con los problemas de los profesionales.

El dueño del Puebla, Jorge Suárez, destacó, en síntesis, que «las cifras de esta operación no se acostumbran a barajar en el fútbol de mi, país. Pero Pirri es conocido allá como el defensa libre de oro. Su personalidad y significado tienen una mística especial que impulsará el fútbol mexicano». A nivel deportivo, el Puebla es uno de los equipos modestos de la Primera División mexicana, que forman veinte clubes, distribuidos en cuatro grupos de cinco. El pasado año fue cuarto en uno de esos grupos. Pirri jugará dos años allí, aunque tiene opción por otro más si hay acuerdo. «En realidad voy como cedido. Volveré al Madrid con la carrera de medicina terminada, especializado en la deportiva, para ocupar un puesto en la plantilla médica del club». Pirri regresará también cuando se establezca la fecha definitiva del partido de homenaje que tiene asegurado.

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