La ausencia de Estados Unidos favoreció a López Zubero
Los Juegos Olímpicos entran hoy en su fase de mayor densidad de competiciones, y también de interés. Si en las cuatro primeras jornadas se pusieron en marcha diecisiete deportes, a partir de la quinta serán diecinueve, al empezar la hípica y, sobre todo, la gran atracción del programa olímpico, el atletismo. Pero la frustración por las ausencias seguirá pesando sobre el máximo acontecimiento deportivo mundial, por mucho nivel que alcancen bastantes pruebas, lo cual también es lógico. Si los Juegos de Los Angeles-84 son boicoteados por los países socialistas, su devaluación sería mucho mayor. En las doce finales disputadas ayer, los «países boicoteadores», por medio de Estados Unidos, casi exclusivamente, habrían tenido mucho que decir en cuatro. Por ello, difícilmente hubiese ganado López Zubero su medalla ayer.A diferencia de jornadas anteriores, la cuarta de los Juegos, antes del comienzo del atletismo, en el que las bajas serán igualmente notables, fue de las menos afectadas hasta ahora por los «grandes ausentes». Sólo hubo que lamentar las bajas en dos de las cuatro finales de natación, en tiro y en saltos de trampolín masculinos, aunque esta última haya sido polémica y ganada pese a una, reclamación, por el soviético Portnov. Girón (México) y Cagnotto (Italia) fueron plata y bronce, pero sus delegaciones protestaron ante el insólito hecho de que Portnov falló su séptimo salto y lo repitió sin razón reglamentaria tras consultar con los jueces. Todos ellos, no obstante, hubiesen debido contar con los norteamericanos Phil Boggs, campeón mundial en Berlin Oeste-78 y olímpico en Montreal-76, -donde fue tercero y segundo Cagnotto, respectivamente- y con Phil Louganis, ganador de la última Copa del Mundo de Tokio-79.
En los 4 x 200 libres la URSS superó su récord europeo -7.23.50, contra 7.25.71-, pero no llegó al mundial de Estados Unidos, 7.20.82, en Berlín Oeste-78, donde los soviéticos fueron segundos con 7.28.41. La URSS ni siquiera superó ayer el récord olímpico de Montreal en posesión de otro equipo de Estados Unidos, con 7.23.22. La RFA también hubiera luchado por medalla. En 100 mariposa masculinos el recordman mundial Arvidsson -54.15 este año- ganó «sólo» con 54.92 ante Pyttel (RDA), 54.94, y el español «fabricado en Estados Unidos» López Zubero, 55.13. David consiguió un triunfo histórico, pero difícilmente lo hubiese logrado con los «auténticos» norteamericanos en liza, entre los que sólo es «de los mejores». Tenía acreditados en 1979 sus 55.15, que ha borrado ahora como récord de España. Pyttel, 54.61. Los estadounidenses Bottom -subcampeón olímpico en Montreal-, 54.13 este año; Ostlund -en 1979- y Paulus, 54.46. El canadiense Thompson, 54.89.
En las dos restantes finales de ayer, femeninas, el dominio soviético en la braza y de la RDA en espalda, salvo una «actuación inesperada», apenas hubiese variado. Sólo podrían haber aspirado a alguna medalla, en 100 espalda, Walsh, 1.02.78; Jezek, 1.03.06, y Andrews, 1.03.44; todas norteamericanas; y Caulkins, 2.33.06; Tweedy, 2.34.85, y Childs, 2.35.01; así como las canadienses Dezeeuw, 2.35.21, y Gagnon, 2.35.75, en 200 braza.
En tiro, el soviético Volkov ganó ayer la carabina pequeño calibre, tres posiciones -de pie, de rodilla y tendido-, y superó el récord mundial con unos magníficos 1.175 puntos, pese a que declaró no confiar en el triunfo, tras fallar en los disparos de pie. Nadie discute su resultado. Segundo fue Hernstein (RDA), con 1.166 puntos, y tercero, Johansson (Suecia), con 1.165. Pero cabe recordar que en los Mundiales de Seúl-78 ganó Lanny Balsham (EE UU), con 1. 165: 2, Malcolm Cooper (Gran Bretaña), 1. 159, y, 3, Lind (RFA), 1.158. Los tres, ausentes ahora. La Federación Británica de Tiro boicoteó los Juegos individualmente.
En las restantes finales, florete hombres, de esgrima, los 67,5 kilos de halterofilia, (con el triunfo del búlgaro Russev, considerado el mejor levantador de todas las categorías) y tres pesos más de lucha grecorromana, las ausencias no existieron». En el último título, el de gimnasia femenina por equipos, quizá hubiese luchado por el bronce Estados Unidos. Pero nunca se habría inmiscuido entre la URSS, que se destaca claramente en el cómputo de medallas, y Rumania, a la que perjudicó la caída de Nadia Comaneci en las barras asimétricas y que quizá no será ya «la novia de Moscú».
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