_
_
_
_
MOSCU 80

Comenzaron a caer los "records"

La URSS se adjudicó las dos primeras medallas de oro de unos Juegos que parecen destinados a la mayor gloria de su régimen. España inició su andadura clasificando al equipo de cuatro sin timonel para la final de remo. Una victoria sobre la Unión Soviética en hockey y un empate en fútbol frente a la República Democrática Alemana fueron un balance feliz de un primer día en cierto modo comprometido. Tres nuevos récords mundiales, uno en tiro para la URSS y dos en natación femenino para la inevitable RDA, fueron el aldabonazo que abrió la carrera de las nuevas marcas, que también en Moscú promete especial relieve, pese a las ausencias de grandes figuras.

El despertar del primer día olímpico se hizo con los disparos de pistola libre. Un soviético, Aleksander Melentev, los colocó en 581 puntos y se adjudicó la primera medalla de oro. No pasaron muchos minutos para que se produjera el segundo triunfo del país organizador. En el difícil circuito ciclista, que fue contestado durante la Spartakiada por la Unión Ciclista Internacional, por la peligrosidad de algunas partes del recorrido, se impuso en la prueba de cien kilómetros contra reloj por equipos la URSS. A los vencedores les escoltaron en el podio alemanes de la RDA y checos. El ciclismo olímpico parece definitivamente en manos de los países d el este de Europa. Las clásicas naciones ciclistas han desaparecido del concierto amateur. Y las razones son múltiples, pero lo que resulta incontes table es el hecho de que los ganadores alcanzaran el triunfo con un tiempo que superó en un minuto las dos horas, lo que viene a significar que para ser campeón en la próxima edición habrá que correr a más de cincuenta kilómetros por hora. Lord Killanin entregó las medallas, y junto a él estuvo el presidente de la federación española, Luis Puig, quien está en alza en el concierto internacional, pero que ha sido incapaz de crear un conjunto ciclista para estos Juegos. También en esto vamos a menos.Bárbara Krause, que en natación es toda una veterana, en las series eliminatorias de los cien metros libres pulverizó el récord mundial y lo dejó en 54.98, que casi es una buena marca masculina. Las nadadoras germanas, sobre las que dentro de unos días comenzará a especularse sobre la cantidad de hormonas que reciben durante su formación, subieron al podio en los 4 x 100 estilos con un nuevo récord mundial. Entre las vencedoras también había un nombre acreditado en otros Juegos, el de Andrea Pollak. Las germanas nadan, al igual que lo hicieron en Montreal, sin complejos de ningún tipo, y quizá no habrá modo de establecer con ellas comparaciones con las ausentes. A las germanas les quedará, eso sí, el dolor de no haber humillado a las norteamericanas, como hicieron en Montreal.

La racha exultante se rompió en la final de los doscientos metros mariposa. Ganó el soviético Sergei Fesenko, seguido del británico Hubble y el germano democrático Pyttel, que ya va hacia abajo. No hubo récord mundial. Aquí sí se echaron de menos los boicoteadores.

La jornada inicial para el deporte español fue ciertamente esperanzadora. Los futbolistas, que en los Juegos Olímpicos desde Amberes siempre han estado más o menos marginados, parece que en esta ocasión están dispuestos a reverdecer viejos laureles. La primera salida a escena de Pepe Santamaría resultó satisfactoria. El equipo, pese a lo escaso de preparación que anda, funcionó.

La carrera de los récords ha comenzado. Moscú también nos promete grandes explosiones deportivas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_